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Clamores, el jazz de todos los días

Aunque la visibilidad no es buena desde todos los ángulos -¡esas molestas columnas!-, el recoleto club Clamores tiene uno de los mejores escenarios para el jazz de la ciudad, género que alimenta su prestigio y sobre el que basa su programación diaria. Fundado a comienzos de los años ochenta con la idea de recrear el espíritu jazzístico americano, Clamores fue antes el salón de baile de la casa regional del piso de arriba y luego un bingo. Ahora goza del ambiente que cabe pedirle a un club de jazz: la barra a oscuras, espejos, mucho recoveco, atmósfera cargada de humo y, sobre la tarima del escenario, casi siempre un enorme piano de cola y un neón con el nombre del local.

Desaparecido el viejo Whisky Jazz, de Diego de León, Clamores es el decano de los clubes de jazz madrileños y por él han pasado artistas de la talla de Joe Henderson, Lou Bennet, Terence Blanchard, Tete Montoliu, Pedro Iturralde, Jorge Pardo, Chano Domínguez, Andy Summers o Jerry González. Tienen fama sus jam sessions (reuniones espontáneas de músicos) hasta bien entrada la madrugada de los viernes. Es también frecuente que los artistas que acuden a los festivales de San Sebastián y Vitoria toquen en Clamores.

Como valor añadido de la sala, hay que reseñar que su cóctel de champaña es excelente, así como su mojito y su caipirinha.

Clamores. Alburquerque, 14; metro Bilbao; teléfono: 914 457 938. Horario: todos los días, de 18.00 a 4.00 (actuaciones a las 22.30). Entrada libre por las tardes. Conciertos: de 3 a 15 euros. Consumiciones: cervezas y refrescos, 2,5 euros; combinados, 4,8 euros.

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