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Rambla considera rentable la deuda y la oposición denuncia que soporta gasto corriente

El consejero de Hacienda rebaja las expectativas de crecimiento económico a un 2,6%

Vicente Rambla aprovechó ayer una comparecencia ante las Cortes Valencianas solicitada inicialmente para abordar las recomendaciones recogidas en el informe de fiscalización de las cuentas de la Generalitat Valenciana correspondientes al año 2000 para cargar de forma agresiva contra la oposición parlamentaria, defender que la deuda pública de la Comunidad Valenciana es rentable y reducir ligeramente a la baja las expectativas de crecimiento económico para 2002. Rambla sólo torció el gesto cuando la oposición le acusó de endeudarse para pagar gasto corriente.

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El consejero de Haciendacentró su intervención en la deuda de la Generalitat, que se ha duplicado en los últimos cinco años, ronda el billón de pesetas y es la más alta entre las comunidades autónomas en relación con el PIB.

Rambla presentó los datos absolutos en euros, 6.033 millones, y se embarcó en toda una serie de comparaciones para defender que la deuda es 'rentable' porque ha permitido 'corregir desequilibrios tradicionales de nuestra economía y déficits de infraestructuras históricos que afortunadamente hoy están a punto de superarse'. En otro momento, comparó la solvencia de la deuda de la Generalitat con la de Coca-Cola, Endesa o el Banco Santander, incluso la situó por encima de las obligaciones de Iberdrola y otras empresas privadas.

Cristina Moreno, portavoz económica del PSPV, logró que Rambla torciera el gesto cuando sugirió que durante 2001, el año del teórico déficit cero y del equilibrio presupuestario, la Generalitat transformó 560 millones de euros (unos 96.000 millones de pesetas) de obligaciones a corto plazo asumidas para afrontar 'gastos corrientes' en deuda a largo plazo. Un procedimiento inevitable cuando la caja del Consell presenta existencias negativas que superan los 2.200 millones de euros (374.000 millones de pesetas).

Pero Joan Antoni Oltra, portavoz de Esquerra Unida, puso el dedo en la llaga cuando pidió a Rambla que se bajara del coche oficial y acudiera a un hospital público en calidad de usuario, sufriera las listas de espera quirúrgicas, intentara buscar plaza para sus hijos en un colegio público, y localizara plaza en una residencia para mayores o en un centro para minusválidos o disminuidos psíquicos.

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En la misma intervención, Rambla deslizó una correción a la baja de las expectativas de crecimiento para 2002 y matizó el optimismo económico que arrastró el Consell en el último trimestre del ejercicio de 2001. El retoque lo hizo, curiosamente, cuando, según sus propias palabras, se ha constatado 'un mayor optimismo fundado en las expectativas de crecimiento económico'.

Hace unos días, los empresarios valencianos explicaban a Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, que sólo un crecimiento de la economía superior al 2,5% permitiría crear empleo durante este año. Tal vez por eso, Rambla haya mantenido sus previsiones una décima por encima.

Las modificaciones presupuestarias publicadas en el DOGV durante el mes de agosto o el pasado 28 de diciembre merecieron capítulo aparte. Tanto como los 87.000 millones de gastos no contabilizados durante el ejercicio 2000, que se arrastraron como tales al ejercicio siguiente, de acuerdo con el informe de fiscalización de la Sindicatura de Comptes.

Rambla se aferró al socorrido argumento esgrimido por Ricardo Costa, portavoz del PP, para defender las fechas de publicación de las modificaciones presupuestarias: 'Nosotros trabajamos todos los días'.

Y se perdió en disquisiciones sobre actos administrativos y contabilización de devengos para justificar el traslado de gastos no contabilizados durante un ejercicio al presupuesto del año siguiente.

La oposición subrayó que el propio Sindic de Comptes había alertado sobre la escasa justificación de algunas modificaciones de crédito practicadas durante 2000 y recordó que no contabilizar gastos es una estrategia que responde a la ausencia de ingresos que permitan soportar tales facturas.

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