Rexach ofrece el cargo
Gaspart responde al técnico que no piense 'para nada en su destitución'
Compungido, apenado y con el rostro desencajado, Carles Rexach se asomó a la tribuna de prensa para tratar de testificar sobre otro descalabro del Barça, el segundo consecutivo en ocho días. Precedido por una semana cuya principal noticia fue la supuesta juerga de varios jugadores en Madrid, el técnico azulgrana había apelado al equipo para que hablara sobre el césped ante Osasuna. Rexach no ocultó los hechos ni buscó excusas para justificar un resultado que acabó de encrespar a la hinchada. 'Si lo de Vallecas fue un desencanto, la derrota ante Osasuna ha sido un golpe de gracia', dijo; 'el desencanto, el segundo en una semana, es importante. Se ha vuelto a dar otro paso atrás y eso es motivo de preocupación'.
Consciente de que el Barça se ha convertido en un motivo de bronca y de burla para su propia afición, Rexach achacó el mal juego a los nervios de los jugadores, preocupados por lavar su imagen de juerguistas. 'La semana ha sido difícil y los jugadores eran los más interesados en la victoria. Para muchos de ellos, el balón se ha convertido hoy en una bomba cuando lo tenían en los pies', argumentó; 'y eso no es producto de falta de técnica ni de calidad, sino de nerviosismo. Todo se complicó todavía más con la expulsión de Cocu. Con diez jugadores, el descontrol aumentó'.
No es la primera vez que Rexach apela a la juventud del equipo. Ayer fue más rotundo. 'El Barça es un equipo poco maduro', dijo; 'sólo De Boer, Rivaldo y Overmars tienen la suficiente experiencia para jugar bien cuando las cosas van mal'. Se refirió igualmente a la irregularidad: 'La realidad está ahí. Y hay que buscar soluciones'. El principal remedio, en su opinión, pasa por recuperar la moral de los futbolistas -'están muy tocados'- y efectuar una terapia de choque para hacer ver al colectivo que el Barça 'es diferente' al resto de los clubes: 'Cuando los jugadores sepan dónde están, comenzaremos a solucionar los problemas'.
Rexach asumió la máxima responsabilidad tras la derrota y puso su cargo a disposición de Joan Gaspart: 'He hablado con el presidente y le he hecho saber que, si el principal problema soy yo, estoy a disposición del club. Él me ha dicho que no piense, bajo ningún concepto, en mi destitución'.
La continuidad de Rexach como entrenador fue ratificada una hora y media más tarde por el propio Gaspart al término de la reunión del gabinete de crisis de la directiva, integrado por el director general, Xavier Pérez Farguell; el director deportivo, Antón Parera, y los vicepresidentes Àngel Fernández y Joan Castells. 'Rexach tiene que continuar al frente del Barça y hacer los esfuerzos necesarios, junto con los jugadores, para devolver la alegría a la afición. Así no podemos continuar. Tenemos que solucionarlo rápido', subrayó el presidente; 'el Barça, como club, no está en crisis. El primer equipo de fútbol pasa por un mal momento deportivo, pero el resto de la institución funciona perfectamente'.
Pero Gaspart, que pidió disculpas a los periodistas por las agresiones que se produjeron ayer a la conclusión del partido por parte de un reducido grupo de seguidores radicales, ratificó, durante su larguísima comparecencia, que el Barcelona no aprovechará el mercado invernal para fichar a ningún jugador más. Y desgranó algunas frases interesantes: 'Como socio, el equipo me está dando muchos disgustos, mucha pena'. 'No es de recibo ni aceptable estar a los puntos que estamos del líder'. Y, para concluir, reconoció: 'No tengo justificación ante mis socios. No puedo hablar ni de mala suerte ni de arbitrajes. Pero, dicho esto, creo que la solución no pasa por la adopción de medidas drásticas'.
Los jugadores, mientras tanto, expusieron la unidad del vestuario sin condiciones. 'Estamos todos con Rexach', dijo Gerard; 'el equipo está en una situación límite y la salida pasa por ganar'.
En una frase con una evidente segunda lectura después de que a lo largo de la semana se haya elucubrado con que la presunta farra de algunos jugadores en Madrid podría haber sido filtrada a la prensa por algún miembro de la propia entidad azulgrana, el vicepresidente Castells manifestó: 'Parece que hay alguien a quien le interesa cargar a los jugadores con más culpas de las que tienen'
El Barcelona no se encontraba en una situación tan mala en la jornada 22ª desde la temporada 1987-1988. Entonces, cuando la victoria sólo valía dos puntos, era el séptimo, con 31 puntos.
