Un viejo palacete de Lavapiés reabre como centro de participación vecinal

El edificio, de gestión municipal, tendrá un servicio de apoyo a inmigrantes

La escalera por la que bajaban la reina Isabel de Braganza y, más tarde, las cigarreras de la vieja Fábrica de Tabacos de Embajadores servirá ahora de canal de comunicación a los vecinos de Lavapiés, el barrio más mestizo de Madrid. El viejo palacete del Casino de la Reina, en la calle del Casino (Centro), reabre esta semana, tras ser rehabilitado por el Ayuntamiento como centro de desarrollo comunitario en este vecindario falto de locales sociales.

Este casino no era un lugar de juego, sino una casa de campo que el Consistorio madrileño cedió a la reina Isabel de Braganza (esposa de Fe...

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La escalera por la que bajaban la reina Isabel de Braganza y, más tarde, las cigarreras de la vieja Fábrica de Tabacos de Embajadores servirá ahora de canal de comunicación a los vecinos de Lavapiés, el barrio más mestizo de Madrid. El viejo palacete del Casino de la Reina, en la calle del Casino (Centro), reabre esta semana, tras ser rehabilitado por el Ayuntamiento como centro de desarrollo comunitario en este vecindario falto de locales sociales.

Este casino no era un lugar de juego, sino una casa de campo que el Consistorio madrileño cedió a la reina Isabel de Braganza (esposa de Fernando VII) en 1817 con motivo de su segundo embarazo. El edificio ahora reformado albergó el antiguo palacete, una lujosa finca con una escalinata adornada con 10 bustos de mármol. En 1867, Isabel II instaló allí el primer Museo Arqueológico Nacional y después el edificio pasó a convertirse en un asilo de cigarreras para las obreras de la cercana Fábrica de Tabacos. En los últimos años, el recinto, ya muy deteriorado, albergó una guardería y una residencia de ancianos, regentadas por monjas.

El nuevo espacio, cuya reforma ha costado 732 millones de pesetas (un 23% financiado con fondos europeos), tiene algo de experimental: no es un centro dirigido por las asociaciones vecinales, como el de la Cornisa de Orcasitas (Usera), ni tampoco un proyecto autogestionario en un edificio público, como la Escuela Popular de Prosperidad (Chamartín). Su gestión es municipal, pero tanto los servicios sociales del distrito Centro, del que dependen, como sus cuatro coordinadoras -contratadas a través de la empresa Grupo 5, con experiencia en mediación intercultural y trabajo vecinal y social- quieren huir del modelo de centro con actividades programadas 'desde arriba'.

Pretenden que las asociaciones del barrio (de vecinos, jóvenes, mujeres, inmigrantes...) hagan posible, con sus propuestas, llenar el recinto de actividades. Los responsables del centro ya han mantenido varias reuniones con dichas entidades.

Equipo mixto

Un equipo mixto formado por las coordinadoras y representantes (rotativos) de las asociaciones elaborará unos criterios para elegir las propuestas, de entre las que presenten ONG y particulares, y un método para organizarlas. El recinto, que abrirá de lunes a sábado (de 10.00 a 22.00) y los domingos (de 10.00 a 15.00), tiene 800 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas y un ático. Dispone también de un jardín y a escasos metros se ha habilitado un centro de día para 45 ancianos, aún sin inaugurar.

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En la planta baja del edificio se abrirá uno de los nueve centros de atención a inmigrantes que la Comunidad quiere adjudicar este año por concurso a alguna entidad privada. En él se ofrecerá orientación jurídica y laboral, así como apoyo social y psicológico a extranjeros. En el mismo piso tendrán despachos un orientador laboral y la agente de igualdad que trabaja en la zona para potenciar la equiparación de derechos entre hombres y mujeres. La sala más grande del piso bajo se cederá a las asociaciones para que desarrollen actividades.

En la segunda planta se quiere montar un fondo documental que recoja desde estudios sobre Lavapiés hasta informaciones que traten las diferentes culturas de este barrio, donde conviven españoles, chinos, magrebíes y latinoamericanos. Hay también una sala de talleres y un salón de actos. El ático será sala multiusos.

El centro organizará comisiones de salud, educación, vivienda, empleo y servicios sociales, en las que participarán desde representantes institucionales hasta miembros de asociaciones. El objetivo es lograr lo que no era posible hasta ahora: un espacio donde poner en común las necesidades del barrio para elaborar propuestas y organizar actividades.

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