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La ATM requiere a la empresa que cumpla las fechas de las obras

Los defensores del tranvía han encontrado en el proceso de construcción de la línea del Baix Llobregat a su peor propagandista. Cualquiera que pase por allí puede contemplar un día sí y otro también que el número de trabajadores, cuando los hay, tiene poco que ver con la longitud de la obra. Resulta difícil para un conductor parado durante minutos y minutos entender por qué a su lado hay un trozo de la Diagonal patas arriba donde nadie trabaja. Y cuando avanza unos centenares de metros y sigue sin ver obreros, la incomprensión se agranda.

La empresa niega que pase nada y asegura que se cumplen los plazos, pero lo cierto es que la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) ha remitido un escrito en el que requiere a la firma que trabaje de verdad.

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Fuentes municipales que no quieren identificarse insisten en que en el tranvía casi todo ha sido improvisación.

La modificación de trazado en la Zona Universitaria para salvar el área de análisis de la Facultad de Química (donde unas balanzas de extraordinaria precisión se hubieran vuelto locas al paso de cada convoy) es un ejemplo. La Universidad de Barcelona no hizo en su día alegación alguna al trazado del tranvía. Luego, el Ayuntamiento de Barcelona tuvo que negociar con la empresa una solución a este problema.

Posición municipal

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Desde diversos ámbitos, y en especial desde sectores afines a CiU, se apunta que el gobierno municipal actúa en este asunto a modo de veleta. Nada más lejos de la realidad. El Ayuntamiento de Barcelona nunca quiso que el tranvía pasara de la Zona Universitaria. Entendía que desde allí los usuarios podían entrar en la ciudad con la línea 3 del metro y que prolongar el tranvía era una salvajada que supondría graves problemas para el tráfico en una vía con tan pocas salidas y entradas como la Diagonal.

El consistorio barcelonés aceptó, al fin y a regañadientes, ante las presiones de la ATM y del Gobierno catalán, muy preocupado por la viabilidad de la economía de una empresa que le aplaza inversión en metro.

Por el mismo motivo, el Ayuntamiento ha rechazado siempre que el tranvía circule en superficie por la Diagonal entre las plazas de Francesc Macià y Les Glòries. Más aún, fuentes municipales sospechan que detrás de la parsimonia con la que se realizan las obras lo que verdaderamente hay es una sugerencia de la empresa. Ésta estaría enviando un mensaje a las autoridades socialistas para que se olviden definitivamente de acercar líneas de metro al trazado del tranvía, ya que esto supondría una amenaza para su cuenta de resultados. La empresa asegura que no pasa nada, que se trabaja con normalidad, que todo está en orden salvo algunas licencias. Lo que no explica es por qué no se trabaja donde esas licencias ya están dadas.

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