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El valor añadido de lo heterogéneo

Reyes Rincón

El colegio público Los Bermejales estrenó edificio hace cuatro años. La nueva sede es amplia, ubicada en pleno centro del barrio y está dotada con instalaciones más propias de un colegio 'privadísimo', comenta orgullosa Olga, su directora desde el curso pasado. Sin embargo, al colegio le está costando calar entre el vecindario.

En el centro hay matriculados unos 220 alumnos de infantil y primaria. La mezcla de clases sociales propias de este barrio se completa con 26 niños procedentes de un asentamiento chabolista cercano.

Su presencia en la escuela suscitó al principio el recelo de algunos padres, que incluso optaron por cambiar a sus hijos de centro. Otros muchos estuvieron tentados de hacer lo mismo, pero decidieron apostar por la integración y ahora están encantados. Lo ven como un valor añadido para la educación de sus hijos.

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Los límites de la integración

Los 26 niños del asentamiento están acogidos al llamado Programa Burbuja. Sobre las ocho de la mañana un autobús les recoge junto a sus chabolas y les lleva a la Unidad de Trabajo Social (UTS) del barrio, donde varias asistentes les bañan, les ponen ropa limpia y les dan de desayunar. A las diez se incorporan a las clases con el resto de sus compañeros.

Sus primeros días de escuela los pasan en el llamado aula puente, donde intentan disminuir el déficit sociocultural que presentan. Después de unas lecciones básicas, pasan ya a sus aulas de referencia aunque sólo sea a tiempo parcial.

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La directora destaca el cambio que han experimentado los niños del asentamiento que ya estuvieron matriculados el año pasado. Aún así, les cuesta seguir el ritmo: 'Son más inquietos, vienen de una cultura ágrafa y no están familiarizados con las normas de convivencia', señala.

El presidente de la Asociación de Padres de Alumnos, Pedro Gallego, asegura que éste es el modelo de educación que quiere para sus hijos. 'Estamos en este colegio porque es el del barrio, es público, es laico y porque tiene a estos niños', afirma.

No obstante, los miembros de la APA se quejan de que en la zona de Los Bermejales hay otros cuatro colegios públicos o concertados y ninguno acoge a niños del asentamiento. Los padres creen que el colegio funciona porque tiene medios para asumir a estos 26 alumnos, pero 'no a muchos más'. La APA se está moviendo para que la Consejería de Educación impulse la escolarización en otros centros.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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