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Los hospitales del frente de guerra se preparan para la batalla de Kabul

Los pequeños hospitales situados en el área controlada por la Alianza del Norte cerca de la línea del frente están prácticamente vacíos, pero todo el personal tiene mucho trabajo preparándose para afrontar un invierno que podría ser sangriento.

Kate Rowlands dirige un hospital y seis puestos de primeros auxilios impulsados por Emergencia, una organización humanitaria italiana. Uno de éstos se encuentra a 40 kilómetros de Kabul y muy cerca de la línea del frente, que se ha mantenido soprendentemente tranquilo desde que se iniciaron los ataques aéreos de Estados Unidos y el Reino Unido contra los talibanes. Pero ante el anuncio de que los dirigentes de la Alianza del Norte preparan una ofensiva, doctores y enfermeras se preparan para atender muy pronto a los heridos.

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'Hemos pasado la mayor parte de la última semana recogiendo y organizando el material para poder atender a un millar de pacientes', afirma Rowlands, que tiene 17 años de experiencia prestando ayuda médica sobre el terreno en guerras. 'Espero que no seamos necesarios, pero en esta situación nadie sabe qué va a suceder y tenemos que estar preparados', añadió.

Las organizaciones que prestan ayuda médica han tenido muy poco tiempo para movilizarse. Y tienen que tenerlo todo a punto antes de que empiece el mes de noviembre, cuando puede empezar a nevar y, por tanto, quedarán cerradas la mayor parte de las vías de comunicación.

Sangre de periodista

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Rowlands ha visitado los refugios utilizados por los periodistas extranjeros con el fin de conseguir donaciones de sangre. 'En estas situaciones tenemos que pensar en el futuro, siempre estamos buscando donaciones de sangre', explica.

Pese a todo, Rowlands está convencida de que su equipo -que reúne a extranjeros y afganos- está preparado para afrontar lo que sea. Hace dos días, el puesto tuvo que tratar a tres hombres que habían caído en un campo de minas. Los dos que sobrevivieron fueron enviados después al hospital situado más al norte, donde las 80 camas existentes se convierten en 150 en caso de emergencia.

Si el régimen talibán levantara el veto que impide a la mayoría de grupos humanitarios extranjeros trabajar en el hospital de Kabul, esta organización italiana estaría preparada para atender a otro millar de pacientes en el otro lado de la línea del frente.

Emergencia abrió un hospital en Kabul el pasado abril, pero sólo pudo funcionar durante tres meses porque la policía religiosa de los talibán irrumpió un día en el centro para clausurarlo. Los talibán estaban indignados porque se permitía a los hombres y las mujeres que trabajaban en el hospital comer en la misma habitación, violando así las estrictas reglas del régimen.

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