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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Purga financiera

La semana transcurrida deja un resultado de destrucción de riqueza financiera sin muchos precedentes. Las bolsas más importantes del mundo han experimentado caídas generalizadas que han situado los índices más significativos en los mínimos de los últimos tres años. ¿A qué se debe esa severa purga financiera? Fundamentalmente, a las débiles perspectivas de crecimiento del conjunto de la economía mundial, pero también, desde una perspectiva microeconómica, a los problemas de las empresas en sectores que desempeñaron un papel determinante en el crecimiento de los últimos años y en la formación de las expectativas de esa fase expansiva. Lo más preocupante es desconocer su final, así como su impacto sobre las decisiones de gasto de los agentes económicos, fundamentalmente de las familias que han invertido en los últimos años su ahorros en las bolsas.

En todo caso, la situación no es exactamente igual en cada una de las tres grandes economías del mundo. Mientras EE UU se mantiene todavía en el umbral del crecimiento, los datos sobre Japón confirman su vuelta a la recesión y la Unión Europea comienza a sentir el impacto de la desaceleración norteamericana con más fuerza de la esperada. Frente a un cuadro tal, las políticas económicas se presentan con desiguales márgenes de reacción. En EE UU y Europa, las políticas monetarias pueden y deben mantener la senda reductora de los tipos de interés, no así en Japón, con un precio del dinero próximo a cero. De otro lado, la posibilidad de compensar el retraimiento de la demanda privada con una menor rigidez presupuestaria es también desigual. En el caso de Japón, la magnitud del déficit y de la deuda pública descarta que el gasto público sea el salvador de la situación. En cambio, en EE UU y la UE, los márgenes de maniobra en este terreno, aunque estrechos, no están excluidos.

En tales circunstancias, el saneamiento de las finanzas públicas es de todo punto necesario, aunque huyendo de fórmulas presupuestarias en exceso rígidas. Economías próximas al equilibrio en sus cuentas públicas podrían circunstancialmente aprovechar ese margen de maniobra para evitar males peores. Es el caso de la economía española, en la que se pretende conseguir el objetivo 'déficit cero' a costa del sacrificio de inversiones que facilitarían la convergencia real. Hay razones para que, a la excepcional gravedad de la amenaza que se cierne sobre la situación económica, se responda con actuaciones igualmente excepcionales. De lo contrario, a las consecuencias de la visible purga financiera global habrá que añadir las de la primera recesión, también global, del siglo XXI.

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