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CIENCIA

Biólogos de élite españoles reclaman una reforma legal para investigar con embriones

Margarita Salas defiende una reforma que permita investigar con células madre humanas

La investigadora Margarita Salas, presidenta del Instituto de España (el organismo que agrupa a las ocho reales academias), reclamó ayer que se reforme 'rápidamente' la ley para permitir la investigación con células madre obtenidas de embriones humanos, unos experimentos que la mayoría de la comunidad científica considera de un enorme potencial médico. Otros científicos consultados por este diario apoyaron la iniciativa, y solicitaron al Gobierno que permita el uso con fines terapéuticos de los 40.000 embriones congelados en las clínicas de fertilidad.

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Gráfico animado:: Células madre

Las células madre embrionarias pueden cultivarse en el laboratorio y transformarse después en cualquier tipo de tejido humano. Sus potenciales aplicaciones médicas son evidentes para la inmensa mayoría de la comunidad científica internacional, que considera muy probable que esos tejidos puedan utilizarse para reparar los órganos dañados por enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer o la diabetes, y para paliar los devastadores efectos de los infartos, las lesiones medulares, las quemaduras y muchas otras dolencias. Los grupos religiosos y conservadores se oponen a su uso porque implica la destrucción de embriones humanos de pocos días.

Margarita Salas aprovechó ayer su paso por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, donde dirige un curso sobre biología molecular, para animar a los científicos a pronunciar su petición con una voz única que pueda comprometer a unos poderes públicos que hasta el momento han permanecido paralizados sobre el asunto. 'Creo que deberíamos unirnos, aquellos que estemos de acuerdo en que se utilicen las células madre con fines terapéuticos, para que se regulen las leyes y que esto sea posible', dijo Salas. 'De lo contrario se mantendrá un vacío legal ante cosas que son muy importantes para la salud humana y para el desarrollo del conocimiento'.

La ministra de Sanidad, Celia Villalobos, no ha convocado ni una sola vez en la legislatura a la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, el grupo de expertos que asesora al Gobierno en esta materia. Esa comisión era mayoritariamente favorable a reformar la Ley de Reproducción Asistida, de 1988, para permitir a los científicos investigar con los más de 40.000 embriones humanos sobrantes de los tratamientos de fertilización, que las clínicas guardan congelados y que no llegarán, salvo raras excepciones, a implantarse en ninguna mujer.

'Nadie sabe qué hacer con esos embriones congelados, y es completamente absurdo renunciar a utilizarlos para unas investigaciones que tienen el mejor de los fines', señaló Jesús Ávila, profesor de investigación del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y presidente de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, que agrupa a unos 3.000 científicos. En la próxima reunión de esa sociedad, que tendrá lugar en Valencia el día 19, Ávila espera promover algún tipo de declaración conjunta en esa línea.

El profesor del laboratorio de expresión génica del Salk Institute (La Jolla, California), Juan Carlos Izpisúa Belmonte, sumó de inmediato su apoyo a la iniciativa de Salas, informa Xavier Pujol. 'No tiene sentido tener esos embriones congelados, muchos de ellos declarados inviables para una gestación', dijo Izpisúa. 'Suscribo la propuesta de Margarita Salas de iniciar las reformas legales necesarias para que se puedan obtener de ellos las células madre, que prometen ser valiosísimas para la medicina'.

Otro profesor de investigación del Severo Ochoa, Ginés Morata, tampoco dudó en apoyar la iniciativa: 'Estoy totalmente a favor de que se investigue con esos embriones, que no tienen otra salida imaginable que no sea su destrucción. Las investigaciones deben someterse a los controles adecuados, por supuesto, pero el potencial terapéutico de las células madre embrionarias es muy grande, y es absurdo renunciar a él por una serie de razones pseudoéticas francamente difíciles de comprender'.

El responsable del departamento de Inmunología y Oncología del Centro Nacional de Biotecnología, Carlos Martínez, se ha pronunciado insistentemente a favor del uso de esos embriones, al igual que muchos otros científicos de élite.

'El legislador lo tiene muy difícil para mantener el ritmo de la biología', señala Pere Puigdomenech, profesor de investigación y miembro del Grupo de Ética de las Ciencias de la Unión Europea. 'La ley española y muchas otras fueron redactadas años antes de que aparecieran las células madre embrionarias. Por eso es necesario algún sistema de consulta sistemático para ir adaptando las normas. Ahora es preciso reformar la legislación para poder investigar con los miles de embriones congelados, cuyo único destino alternativo es la destrucción. Las perspectivas médicas son enormes'.

La bióloga Margarita Salas, en su laboratorio.
La bióloga Margarita Salas, en su laboratorio.MIGUEL GENER

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