Tinto de verano | GENTE

METTE-MARIT

A mi santo y a mí nos caduca el mismo día el pasaporte. Lo encuentro mágico. Al principio de nuestra relación éramos almas gemelas pero con el tiempo nos estamos volviendo siameses. Es como un cruce muy grande de energías cósmicas, como cuando hay mujeres viviendo juntas y al final les viene la regla el mismo día. ¿Tienen los ginecólogos explicación para eso? Pues no, como que no todo en la vida es el genoma humano. Este barrunto de que nos estamos volviendo siameses me ronda en el coco hace tiempo pero, claro, piensas, con quién me sincero. Encontré a la persona, es uno de aquí del pueblo que...

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A mi santo y a mí nos caduca el mismo día el pasaporte. Lo encuentro mágico. Al principio de nuestra relación éramos almas gemelas pero con el tiempo nos estamos volviendo siameses. Es como un cruce muy grande de energías cósmicas, como cuando hay mujeres viviendo juntas y al final les viene la regla el mismo día. ¿Tienen los ginecólogos explicación para eso? Pues no, como que no todo en la vida es el genoma humano. Este barrunto de que nos estamos volviendo siameses me ronda en el coco hace tiempo pero, claro, piensas, con quién me sincero. Encontré a la persona, es uno de aquí del pueblo que era carnicero pero que se volvió hindú y claro tuvo que dejar de matar a las vacas, natural, y ahora da clases de meditación en el Ayuntamiento. Él dice que nuestro potencial energético es muy fuerte y que igual se acaba juntando en un mismo potencial. Se lo dije a mi santo, y él me preguntó si todavía nos fumamos un porro antes de la meditación. Él es que se piensa que voy allí a drogarme, no puede entender que compartir en un momento dado unas hierbas puede facilitar que fluyan las energías en un misma dirección. El profesor enciende cuatro porros, de una hierba que, de verdad, me gustaría que la probaran ustedes, es de la finca del maestro, de donde tenía antes las vacas para matar, que ahora son vacas sagradas, porque las vacas también se han hecho hindúes (y se les nota). Es una hierba mística. Cuatro porros para ocho alumnos, ¿qué es eso al lado de lo que se fumaba en sus tiempos salvajes Mette-Marit?

Son muchas cosas en las que yo voy notando la conjunción de nuestras almas. Por ejemplo, sé que hay gente que ha comentado maliciosamente que nos ha visto en restaurantes y que no nos dirigimos la palabra, como si fuéramos uno de esos matrimonios amargados. Muy bien, ésa es la apariencia, la realidad es que ya no nos hace falta hablar, hemos pasado a un nivel superior: lo que él va a decir ya lo tengo yo en la cabeza, y lo que yo le voy a contestar él ya se lo imagina. Más cosas: hay veces que tengo que escribir uno de estos artículos y no siempre estoy de humor, porque tengo trastornos hormonales, porque estoy hasta las huevos de escribir estos artículos, por lo que sea, pues le digo, cariño, escríbemelo, que yo escribiré el tuyo cuando estés espeso. ¿Lo nota la gente? Qué va a notar. Más: muchas mañanas me dice mi santo, ¿te parece que hoy haga unas albóndigas?, y resulta que yo misma me había levantado ya con cuerpo de albóndigas. Otra prueba: El tránsito intestinal, está feo decirlo pero podemos pasar de la contención al explayamiento casi a la par. ¿Tiene la ciencia explicación? Dice el maestro que estos fenómenos paranormales se dan entre parejas hiperunidas, del tipo Víctor Manuel y Ana Belén. Este verano hemos comido unos melones llamados Víctor Manuel. Venía el nombre con la foto del niño del melonero. Según me dijo el frutero la sandía se llama Ana Belén. ¿Es que no es esto una señal de que hay algo cósmico en esa relación? Conste que yo no lo envidio: a nosotros nos caduca el pasaporte el mismo día. Son señales de que hay algo que nos trasciende. Mi santo dice que está preocupado por los porros del carnicero, y el otro día oí que le decía a Juan Cruz por teléfono: tal vez la he tenido en el campo demasiado tiempo.

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