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Demanda contra Suráfrica por no tratar con antirretrovirales a las gestantes con sida

La ONG denunciante, TAC, fue la abanderada contra las multinacionales farmacéuticas

La primera de las querellas presentadas por TAC ante el Supremo 'aspira a forzar al Gobierno a distribuir el antirretroviral Nevirapina en todo el sistema público, de modo que los médicos puedan recetarlo cuando sea necesario', explicó el portavoz de la ONG, Mark Heywood. La multinacional Boehringer Ingelheim ofreció hace un año suministrar gratis la Nevirapina a las madres gestantes en los países en vías de desarrollo. La segunda demanda intenta lograr que el Gobierno 'instaure una política clara de prevención de la transmisión del virus VIH de la madre al hijo'.

Suráfrica tiene cinco millones de enfermos de sida, es decir una persona de cada nueve, la proporción más elevada del mundo.

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Las acciones judiciales emprendidas por TAC -que se sustancian en 600 folios, que incluyen testimonios de madres a quienes se les denegó la Nevirapina- van nominalmente contra la ministra de Sanidad, Manto Tshabalala-Msimang, y contra los titulares ministeriales de cada una de las nueve provincias surafricanas.

La ministra de Sanidad declaró en junio que era 'pronto' para una distribución a escala nacional de la Nevirapina, pero indicó que se había comenzado a facilitar el medicamento en 18 centros como experiencia piloto. Tshabalala-Msimang reiteró ayer que utilizaba Nevirapina en esos lugares para 'explorar ciertos desafíos operacionales' del fármaco, y aseguró que aún no había recibido las demandas de la ONG. 'Un centro piloto es un punto de investigación, pero no supone ningún compromiso de ir más lejos', precisó Anneke Meerkotter, otra portavoz de TAC.

Las querellas constituyen un desafío al presidente Thabo Mbeki, que repetidas veces ha insistido en que el VIH no es la causa principal del sida, sino que las condiciones de pobreza son las que causan la pandemia. Consecuencia de la postura de Mbeki ha sido la reticencia oficial a distribuir los antirretrovirales. A principios de este mes, el propio Mbeki echó más leña al fueo al declarar a la BBC que la mayor 'amenaza' que afronta Suráfrica tras siete años del fin del apartheid no es el sida sino 'la violencia' que sacude las grandes ciudades. No faltan observadores que achacan esa insistencia de Mbeki a que su Gobierno intenta disfrazar que, por las dificultades económicas, carece de fondos para afrontar la terrible situación sanitaria.

Según TAC, cada día nacen en Suráfrica 150 niños seropositivos. 'Viven vidas cortas y miserables, contrayendo enfermedades respiratorias, diarreas e infecciones fúngicas', dijo Heywood. La ONG señala que el Gobierno podría salvar a los 20.000 niños que cada año son contagiados por su madre con un coste de menos de 6.000 pesetas por embarazo.

La tragedia de los niños surafricanos seropositivos llegó a su cénit con la muerte, el pasado junio, de Nkosi Johnson, un chico de 12 años contagiado por su madre y que, al fallecer ésta, fue adoptado por otra familia. Nkosi se convirtió durante su corta vida en todo un símbolo, y participó en la Conferencia Mundial del Sida en Durban en el año 2000.

TAC avisó, a principios de este mes, de que presentaría demanda contra el Gobierno, pero insistió en que no era 'una acción antigubernamental, sino en interés de la sanidad pública y de la prevención contra el sida: buscamos reforzar el derecho que cada ciudadano surafricano tiene, según la Constitución, a luchar por su propia liberación'. TAC acusa claramente al Gobierno de haber 'fallado en sus iniciativas'.

Tras la retirada de las 39 compañías farmacéuticas del juicio de Pretoria el pasado abril, el Gobierno había prometido distribuir antirretrovirales en el sistema público. El Ejecutivo de Mbeki ve ahora planteado un serio problema de imagen, porque TAC había sido un decisivo aliado contra las multinacionales.

REUTERS

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