MUNDIALES DE ATLETISMO

La auténtica campeona, según Szabo

Marta Domínguez, feliz como nunca, no aceptó, sin embargo, el regalo que le hizo Gabriela Szabo. 'No reconozco el triunfo de Yegorova', dijo la rumana; 'el título lo ha ganado una española'. La ganadora de los 1.500 metros se refería al positivo por EPO que la rusa -'¿qué quería el público?, ¿que me retirase?', se justifico ésta con lágrimas en los ojos- arrastra. 'Mientras no se demuestre su dopaje, Yegorova es la campeona. Le doy la enhorabuena', matizó la española.

'La carrera fue más lenta de lo que esperaba', explicó Marta; 'la clave ha sido que Szabo no estaba como se preveía'. Fu...

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Marta Domínguez, feliz como nunca, no aceptó, sin embargo, el regalo que le hizo Gabriela Szabo. 'No reconozco el triunfo de Yegorova', dijo la rumana; 'el título lo ha ganado una española'. La ganadora de los 1.500 metros se refería al positivo por EPO que la rusa -'¿qué quería el público?, ¿que me retirase?', se justifico ésta con lágrimas en los ojos- arrastra. 'Mientras no se demuestre su dopaje, Yegorova es la campeona. Le doy la enhorabuena', matizó la española.

'La carrera fue más lenta de lo que esperaba', explicó Marta; 'la clave ha sido que Szabo no estaba como se preveía'. Fue a falta de 1.000 metros, cuando Szabo empezó a descolgarse, el momento en que Marta supo que iba al podio: 'Nos quedamos cinco delante, las dos rusas, la china, la etíope y yo. Había tres plazas en juego, pero una era mía'. Poco después se quedó atrás la etíope: 'Y enseguida vi que la otra rusa cabeceaba. 'La plata es mía', me dije. Y a 200 metros, cuando Yegorova atacó, la pude seguir desde lejos'. 'Marta ha estado insultante', concluyó su compañera Teresa Recio, también finalista.

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'Estoy muy contenta', reiteró Marta. Pese a su juventud, la atleta palentina entrenada por Mariano Díez, ya había ganado en tres ocasiones el bronce en los 3.000 metros de los Campeonatos Europeos en pista cubierta y en 1998 en los absolutos de Budapest. 'Tengo aún que valorar lo que significa esto', añadió; 'desde luego, es lo máximo de mi carrera. Pero no voy a cambiar. Seguiré siendo la misma de siempre'. Así, seguirá compitiendo con la cinta rosa en el pelo, su seña de distinción entre tanta rubia: 'Me la regalaron mis tíos hace tiempo y siempre me la pongo. No sabría correr sin ella'. 'He luchado mucho. Sabía que era muy difícil, pero también que me encontraba muy bien', concluyó.