La cruz de Drulic

El fichaje estelar del Zaragoza se perderá la temporada por una lesión de rodilla

La cruz de Drulic son sus rodillas cuando pisa España en agosto. El croata Goran Drulic (Negotin, 1977) se rompió el jueves el ligamento cruzado de su rodilla derecha y se perderá la temporada. Llevaba ocho días en Huesca con el Zaragoza, preparándose para culminar su ambición y consagrarse como el delantero demoledor que anuncia su tarjeta. Robusto, rápido, goleador, El Vieri de los Balcanes flotaba en su mejor momento, al punto que debió de olvidarse de la última vez que visitó España, en agosto de 1999, cuando se rompió los ligamentos de su rodilla izquierda en un partido amis...

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La cruz de Drulic son sus rodillas cuando pisa España en agosto. El croata Goran Drulic (Negotin, 1977) se rompió el jueves el ligamento cruzado de su rodilla derecha y se perderá la temporada. Llevaba ocho días en Huesca con el Zaragoza, preparándose para culminar su ambición y consagrarse como el delantero demoledor que anuncia su tarjeta. Robusto, rápido, goleador, El Vieri de los Balcanes flotaba en su mejor momento, al punto que debió de olvidarse de la última vez que visitó España, en agosto de 1999, cuando se rompió los ligamentos de su rodilla izquierda en un partido amistoso entre el Estrella Roja y el Real Madrid.

Drulic cerró su círculo trágico y se volvió a lesionar en suelo español dos años después, cuando se entrenaba a las órdenes de Txetxu Rojo y, al hacer un eslálon, saltando de caña en caña, se le partieron los ligamentos cruzados de la rodilla derecha. Una fatalidad para él y el Zaragoza, que se ha gastado en su fichaje más de 2.000 millones de pesetas, un precio récord en su historia y sólo justificado por tratarse de un futbolista excepcional en torno al cual sostener un proyecto entero.

'Estoy triste por mí, por el club, por la publicidad, por la gente...', se lamentó ayer Drulic, solo, desde su cama en la Clínica Centro, de Madrid, tras ser operado. 'El domingo llegan mis padres desde Yugoslavia y me vuelvo a Zaragoza, donde debo permanecer en reposo una semana y luego iniciar la recuperación, que durará unos cinco o seis meses', explicó, deprimido y soñoliento.

Drulic, que le metió cuatro goles al Celta en la pasada Copa de la UEFA, era uno de los titulares del tridente de la selección yugoslava, junto a Milosevic (Parma) y Kezman (PSV Eindhoven). El Valencia, el Milan, el Fiorentina, el Galatasaray y el Glasgow Rangers pujaban por él desde hacía meses, pero fue el Zaragoza el que apostó más fuerte. Su gerente, Jerónimo Suárez Ochoa, se encargó de transmitir al presidente, Alfonso Solans -que navegaba en alta mar, de vacaciones- la mala nueva: 'No nos lo podíamos creer. Es un chaval extraordinario por el que hicimos un gran esfuerzo económico, ya que quisimos traer un auténtico crack. Milosevic nos habló de él. Nos dijo que era un buen chico, trabajador. Pero desde su primer día de entrenamiento todo fue una cruz: primero, una amigdalitis de caballo, y en la tercera sesión...'.

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