La figura y las opiniones de Borges provocan una apasionada polémica entre escritores

Lo sacó a colación el escritor argentino Oswaldo Ferrari, que ha publicado en tres libros 118 diálogos que mantuvo con el autor de El Aleph en sus tres últimos años de vida (el más reciente, Reencuentro. Diálogos inéditos, Sudamericana). Habló Ferrari de la 'perfección literaria de la realidad' que tenía Borges, así como de su gusto por llevar la contraria, que mantenía hasta el extremo de menospreciar las obras más conocidas de Oscar Wilde.

En este punto abrió Ferrari, sin buscarlo, la puerta de un jardín cuyos senderos se bifurcaron hasta el punto de que ya nadie quiso o supo hablar de otra cosa. El escritor y periodista Francisco Satué, autor con Melchor Miralles de Padre Coraje, ventiló con rapidez el asunto de la convocatoria -'el periodismo de investigación se hace, no se explica'- para asegurar que no le extrañaba la 'posición miserable' que respecto a Wilde tenía Borges, por ser éste un escritor 'absolutamente fascista y gusanoide'.

Ferrari replicó que Borges fue 'el único escritor de su generación que en los años treinta escribió contra el fascismo'. Esto indignó a un señor del público, que prefirió el duro calor del mediodía al aire acondicionado de la sala. 'Borges fue uno de los asesinos más nobles que han existido jamás', lanzó camino de la salida. El escritor Pedro Villora trató de poner calma explicando su humilde papel de 'transcriptor' en la redacción del libro de recuerdos de Sara Montiel Memorias. Vivir es un placer. La nicaragüense Gioconda Belli, autora de El país bajo mi piel, memorias de amor y guera, reivindicó su derecho a dejar de lado la admiración por la obra de Borges para 'cobrarle la desilusión' que provocó en los años setenta al no denunciar públicamente la dictadura militar argentina. Satué cerró el debate al grito de '¡Viva Sara Montiel!'.