Una banda de butroneros intenta 'reventar' las cámaras acorazadas de dos bancos
Los ladrones huyeron tras ser sorprendidos en una sucursal del Banco Atlántico
El primer objetivo de esta banda fue la sucursal del BBV de la calle Mayor, en Alcalá de Henares.Cuando el pasado 23 de abril, lunes, los empleados de la entidad volvieron al trabajo después del fin de semana, se encontraron un panorama desolador. Todas las cerraduras estaban forzadas, los cables rotos y en la cámara acorazada, donde están los cofres de seguridad de alquiler, se veía un agujero de 45 centímetros de diámetro. Sin embargo, la perforación estaba realizada en un lugar que impedía acceder al interior, al tropezar con la estructura metálica de las cajas. Según fuentes policiales, esto debió de ser lo que hizo que los asaltantes decidieran abandonar el golpe y marcharse tras recoger las herramientas empleadas sin poder hacerse con botín alguno.
Los butroneros habían fallado su primer objetivo. Pero estas bandas invierten grandes sumas de dinero para sus acciones y les es complicado reclutar delincuentes avezados en esta especialidad, por lo que habitualmente tienen un segundo objetivo de reserva. En este caso, era el Banco Atlántico de la madrileña calle del Príncipe de Vergara, esquina a la de Concha Espina.
Y hacia allá se dirigieron en la madrugada del domingo 29 de abril. Al igual que en el caso anterior, primero cortaron los cables de las arquetas de una central de alarmas y la hicieron saltar para comprobar si habían acertado. Poco después se presentó un vigilante. No habían tenido suerte.
Buscaron otra sucursal del mismo banco, en la calle de O'Donnell, y otra arqueta e hicieron lo mismo. En esta ocasión acertaron. De vuelta a la sucursal de Príncipe de Vergara entraron forzando una puerta metálica trasera de servicio por donde acceden habitualmente los empleados y los transportistas de fondos. A continuación arrancaron todos los cables que pillaron por medio e introdujeron en carritos con ruedas el material necesario, incluida una amoladora nueva con broca diamantada de 45 centímetros de diámetro, capaz de hacer un agujero de medio metro de profundidad en media hora. Y, además, una pértiga con una microcámara de televisión y un monitor para que no les ocurriera como en Alcalá de Henares. Primero harían una pequeña perforación para meter la microcámara y poder observar así dónde hacer el butrón definitivo.
Ya lo tenían casi todo dispuesto. Habían accedido a la habitación donde se encuentran las tres cámaras acorazadas del banco, en cada una de las cuales hay 60 cofres de seguridad privados, y la caja fuerte, cuando de nuevo la suerte se les volvió en contra. Resulta que el responsable de guardia de la central de alarmas SIT no las tenía todas consigo después de tantas alarmas disparadas esa noche, así que decidió enviar a sus vigilantes a todas las sucursales del Banco Atlántico. El que llegó a la de Príncipe de Vergara se sorprendió de que, al ir a abrir la puerta principal, estuvo a punto de chocar con dos personas que salían a toda velocidad... y dentro del establecimiento se encontraban toda las herramientas necesarias para perpetrar el primer robo del siglo.