Problemas
La piedra angular de la 'oposición de utilidad' que Jesús Caldera anunció cuando irrumpió en el escenario socialista como elemento regenerador fue tajante: 'Te vamos a preguntar cuáles son tus problemas, no te vamos a contar los nuestros'. Era el nuevo mensaje que debían transmitir los socialistas al electorado. Es probable que el heraldo del PSOE lo haya puesto en práctica en algún otro ámbito, pero no parece que sea el caso del Plan Hidrológico Nacional. Sólo ha habido que mojar los contornos del partido con ese agua virtual de los trasvases para que el PSOE acabase de nuevo contando sus problemas a los electores. El problema de un barón poco rampante (Marcelino Iglesias) que ha visto que la ocasión la pintan calva para consolidarse en una organización controlada por otro (Juan Alberto Belloch) y para frenar a la competencia (la Chunta) agitando la bandera del victimismo. El problema de un dirigente (Pasqual Maragall) que trata de superar la dulce derrota recogiendo el resentido voto rural convergente del Delta del Ebro con su oposición a un trasvase que siempre defendió. El problema constante de un presidente autonómico (José Bono) cuya única divisa es ir a su bola aunque deje al partido a los pies de los caballos. El problema de un secretario general erigido en una coyuntura pegada con saliva (Joan Ignasi Pla), que sufre la grave contradicción de ser consciente de la falta de agua, de tener que negar los trasvases y de estar a la vez agua al cuello con sus propios aliados. Por no hablar de la factura con intereses que el PP le pasa a dos viejas glorias (Joan Lerma y Antonio García Miralles) por no haberse opuesto a que alargaran su tiempo de cotización a la Seguridad Social en el Senado. Sin olvidar el problema para la estabilidad de un líder a medio cocer (José Luis Rodríguez Zapatero) que supone este festival de intereses particulares, teniendo que improvisar una alternativa ajustada a esta esquizofrenia. Sin embargo a Caldera, que no es precisamente un tipo improvisado, puesto que está en el ajo desde que José María Mohedano dejó la secretaría del grupo socialista por llevar el Jaguar del constructor José Luis Gómez-Pinto Fontán, esto se le antoja el futuro.