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Reportaje:

Estrellas en apuros

La justicia de EE UU investiga si destacados deportistas fueron chantajeados por un club de alterne

Enric González

El Departamento de Justicia de Estados Unidos está reuniendo algo parecido a un dream team polideportivo. Cinco estrellas del baloncesto y del fútbol americano son requeridas para prestar declaración, el próximo mes, ante un tribunal federal por un caso de prostitución, lavado de dinero, usura, fraude con tarjetas de crédito y corrupción de agentes policiales. Patrick Ewing (Seattle Sonics), Dikembe Mutombo (Filadelfia 76ers), Dennis Rodman (ex Chicago Bulls), Terrel Davis (Denver Broncos) y Jamal Anderson (Atlanta Hawks) han recibido ya la citación.

Un portavoz de la fiscalía de Atlanta declaró que la lista de deportistas podría ampliarse en los próximos días, aunque consideró muy dudoso que se presentaran cargos contra alguno de ellos. Se les cita, según el portavoz, para reforzar la acusación contra Steve Kaplan, dueño del Gold Club de Atlanta, y otras 16 personas. Los investigadores sospechan que Kaplan podría haber filmado a los deportistas durante sus encuentros con prostitutas para someterles a chantaje.

La investigación comenzó a finales de 1999. Siguiendo un fraude con tarjetas de crédito, el FBI detectó la frecuente presencia de figuras del deporte en el Gold Club. La cadena de televisión CNN obtuvo un vídeo en el que una ex novia de Kaplan, Deborah Pinson, afirmaba haber visto entrar a Patrick Ewing en el club privado para mantener un encuentro sexual, y que en el interior había ya otros baloncestistas. CNN informó también de que un grupo de bailarinas del Gold Club habían sido obligadas a viajar a Charleston (Carolina del Sur) para mantener relaciones sexuales con un equipo de baloncesto. Los Knicks de Nueva York, de los que entonces formaba parte Ewing, era el único equipo instalado en Charleston en aquel momento.

Una de las bailarinas acusadas de prostitución, Jana Pelnis, admitió ante la policía haber recibido una compensación económica por mantener una relación sexual con Terrel Davis. Jacklyn Bush, otra de las bailarinas, declaró haber trabajado durante tres años en el Gold Club y que era común la presencia en el local de 'atletas profesionales y estrellas de cine'. Pero el principal testigo de la acusación es Pinson, la ex novia de Kaplan, quien afirma que el dueño del Gold Club 'lo controlaba todo' y 'disfrutaba cuando sus bailarinas tenían encuentros sexuales con celebridades'. Las bailarinas solían practicar sexo oral con estrellas del deporte, y 'eso proporcionaba a Kaplan las mejores localidades en los partidos más interesantes', afirma Pinson.

Steve Kaplan sostiene su inocencia y achaca a su antigua novia 'un deseo de venganza que no se molesta en disimular'. La antigua pareja es de armas tomar: cuando supo de su procesamiento, Kaplan contrató a un detective para que investigara a Deborah Pinson; a éste le bastó un billete de 100 dólares para que la mujer pasara una velada con él y le contara lo que había contado ya al FBI. La cinta en la que el detective grabó en secreto su charla con la ex novia está ahora en manos de los abogados de Kaplan.

Pinson atribuye al supuesto proxeneta los delitos más variados, incluido un complejo fraude informático contra la compañía Delta Airlines, gracias al cual Kaplan pagaba tarifas reducidas y obtenía asientos de primera clase. El FBI ha preferido desestimar esa y otras acusaciones, aunque no ha descartado que se produjeran chantajes contra los deportistas.

Michael Franzese, que cumplió una condena de 10 años por pertenencia a una banda criminal, declaró a CNN que no había 'nada como explotar a un deportista'. 'Se logra a través del sexo, del alcohol o de las drogas. No hay nada más placentero', explicó, 'que ver a un deportista en una situación comprometedora'.

Franzese indicó que el mecanismo para explotar a un deportista era muy sencillo: 'Simplemente se les toman fotos o se les filma y después se les piden 50.000 o 100.000 dólares, o la cantidad que uno quiera, bajo la amenaza de que no pagar supondría la publicación de las imágenes'.

El abogado de Kaplan, Steve Sadow, admitió que bastantes personajes populares, entre ellos deportistas, eran invitados al Gold Club sin que se les cobraran las consumiciones. Rechazó tajantemente que se les hubiera chantajeado, o que se les hubiera ofrecido la compañía de prostitutas. Negó incluso que con las invitaciones se intentara promocionar el establecimiento. 'Se hacía por amistad con ellos', dijo.

Dennis Rodman, el pasado año en el Festival de Cannes.
Dennis Rodman, el pasado año en el Festival de Cannes.REUTERS

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