'La creatividad es una urgencia y un derecho de los ciudadanos'
A Marga Íñíguez (Candelario, Salamanca, 1945) se le ilumina la cara cuando habla de cómo su trabajo ha ayudado a mucha gente a encontrar empleo. Y es que Marga, a través de la creatividad, pretende que la gente desarrolle la imaginación para mejorar tanto profesional como personalmente. Viajera permanente, ha trabajado en más de 15 países y ha participado en proyectos de creación de programas de televisión como La bola de cristal y personajes como el mítico Espinete de Barrio Sésamo.
Pregunta. ¿Por qué cree que el desarrollo de la creatividad ayuda a encontrar empleo?
Respuesta. Ante la precariedad laboral, la solución es hacer las cosas de manera diferente, con un sello personal. Para eso tenemos que generar continuamente ideas que se basen en, principalmente, dudar de todo. La creatividad es una urgencia y un derecho de todos los ciudadanos.
P. ¿Ha notado si la gente con la que ha trabajado para potenciar su creatividad ha mejorado en lo profesional?
R. No sé si es mi trabajo o mi pasión, pero es muy gratificante ver cómo la gente que ha acudido a alguno de mis talleres consigue unos resultados excelentes.
P. ¿Qué tipo de gente acude a esos talleres?
R. De todo tipo. Desde empresarios y políticos hasta artistas o gente normal que quiere mejorar en su vida cotidiana. Conmigo han trabajado desde el Gobierno de Chile hasta personas que querían simplemente ser más felices.
P. Entonces, ¿la creatividad puede aplicarse también a nuestra vida personal?
R. Por supuesto. El acto creativo por excelencia es la ternura, es ahí donde se dan todos los matices de las relaciones personales.
P. ¿La creatividad es sólo cuestión de los jóvenes?
R. En cualquier edad todos somos un pozo infinito de datos y de sensaciones. Da igual tener 18 años que 65.
P. ¿Los madrileños son personas especialmente creativas?
R. Yo no he conocido a ninguna persona que no fuese creativa, no me he encontrado a nadie tan descerebrado como para no tener ideas propias. Lo que sí que hay son personas que no se permiten la duda, que no creen en sus propias posibilidades. El problema de Madrid es que hay que estimular más la creatividad de sus ciudadanos.
P. En Madrid, ¿se trabaja la creatividad?
R. Se trabaja desde fundaciones como Ópera Prima, que intenta ayudar, a través de talleres, a los jóvenes madrileños a crear sus propias empresas.
P. Desde el punto de vista creativo, ¿qué problema de Madrid le llama más la atención?
R. Las barandillas metálicas que hay por la ciudad. Aparte de lo peligrosas que son y de lo mal que están puestas, están mandando un mensaje a los madrileños de que tienen que ir todos por el mismo camino.
