La 'linda sorpresa' de Duscher

'Ha sido una sorpresa, sí; una linda sorpresa'. Hundido hasta hace poco en el ostracismo, de repente, Aldo Duscher se encontró ayer asediado por la prensa a su llegada al aeropuerto de Leeds. Pocas explicaciones era capaz de dar el centrocampista argentino, introvertido y aparentemente serio, aunque el súbito interés de la prensa revelaba el cambio de su vida en sólo cinco días. Hasta el sábado último era un futbolista casi anónimo, un misterio para la afición del Deportivo, que le había acogido el pasado verano con grandes esperanzas cuando el club pagó por él 2.000 millones de pesetas al Sporting de Lisboa. El sábado, frente al Villarreal, las lesiones de Mauro Silva y Sampaio le permitieron ser titular por vez primera. Lo hizo bien y hoy debutará en la Liga de Campeones en un duelo crucial.

Duscher, de 22 años, medio centro, criado en la cantera del Newell's Old Boys, de Rosario, llegó a Europa en 1998 para jugar con el Sporting de Lisboa. En la última campaña fue uno de los hombres clave en la consecución de la Liga portuguesa por parte de ese equipo. El Deportivo apostó por él con tanta convicción que fue su segundo fichaje más caro, tras el de Tristán. En la pretemporada confirmó las buenas impresiones: sentido táctico y criterio para distribuir el balón. Pero antes de que comenzase la Liga cayó lesionado y empezó su calvario.

Una vez repuesto, Javier Irureta no volvió a contar con él e incluso en los momentos en los que las bajas parecían abrirle un hueco prefirió improvisar otras soluciones. Ante su nula contribución, estuvo a punto de ser cedido al Atlético de Madrid. 'Pasé momentos de mucha ansiedad', admite el jugador, que, a pesar de todo, tuvo paciencia.