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Putin irrita a los líderes europeos al equiparar los conflictos de Chechenia y Macedonia

Solana califica de 'desproporcionada' la comparación efectuada por el presidente ruso

La UE, que invitaba por primera vez a un Consejo Europeo al líder ruso, transmitió a Putin su 'preocupación' por la situación en Chechenia, como confirmó el primer ministro sueco y actual presidente de la Unión, Goran Persson. 'Compartimos esa preocupación', empezó contestándole Putin. Pero enseguida se refirió al 'paralelismo' que él encuentra entre Chechenia y Macedonia.

Argumentó Putin que, cuando los militares rusos abandonaron Chechenia en 1996, se creó 'un vacío' que fue aprovechado por los rebeldes para armarse y organizar ataques tan violentos como el ocurrido en Daguestán, por lo que tuvo que intervenir el Ejército ruso para 'eliminar' o llevar ante los tribunales a los 'terroristas' que no depusieron las armas. 'Juzguen ustedes si tuvimos o no razón para actuar así' a la vista de lo que ocurre en Macedonia, dijo a los periodistas en presencia de Persson. Pese a todo, reconoció que existen problemas 'humanitarios', como el regreso de los refugiados, que Moscú ya está abordando.

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El paralelismo, que el representante de la UE para la política exterior y de seguridad, Javier Solana, calificó de 'desproporcionado', molestó a los líderes europeos, pese a que algunos afirman haberlo escuchado ya en el pasado. Y es que, según fuentes del Consejo de la UE, las autoridades rusas han llegado a argumentar que Rusia hizo incluso 'un favor' a Europa poniendo freno al movimiento radical checheno y evitando 'problemas mucho más graves', en palabras que ayer utilizó Putin.

Ya centrado en la crisis de Macedonia, el presidente ruso destacó que existe un grave riesgo de 'desestabilización' que puede extenderse por una zona situada en pleno continente europeo. La crisis de los Balcanes es precisamente el asunto que más ha enturbiado las relaciones entre la UE y Rusia en la última década.

Pero el objetivo central de la presencia de Putin en Estocolmo era la colaboración comercial entre Rusia y la UE. La Unión desea acelerar las negociaciones para que Moscú se incorpore a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en un momento en que el comercio con la UE supone el 35% de los intercambios y aspira a llegar al 50%. Sin embargo, Putin exigió ayer que no le impongan más condiciones reformadoras que a los demás, y aseguró que a Rusia le han costado ya 2.500 millones de dólares las medidas europeas contra el dumping.

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Los líderes europeos advirtieron a Putin de que podrá contar con ayudas financieras del Banco Europeo de Inversiones, sobre todo en el sector energético, pero siempre que haya garantías para su devolución y participen otras instituciones internacionales, como precisó el ministro francés de Economía, Laurent Fabius. Este espíritu de colaboración, pese a los condicionantes, se vio ayer empañado cuando, coincidiendo con la visita del líder ruso, su Gobierno decretó un embargo contra la carne procedente de la UE por las crisis de las vacas locas y la fiebre aftosa.

La estabilidad de Rusia

El gesto europeo de estrechar contactos con Rusia -Solana viajará a Moscú el mes próximo- se produce en un momento de tensión ruso-estadounidense a raíz, entre otros asuntos, de la expulsión mutua de diplomáticos o del proyecto estadounidense del escudo antimisiles. 'Washington debe entender que, como vecinos, somos los más interesados en la estabilidad de Rusia', insistían ayer en la Comisión Europea. Además, el presidente de la Comisión, Romano Prodi, y Persson escribieron ayer al presidente de EE UU, George W. Bush, para mostrarle su preocupación por anunciar que no vigilará las emisiones de CO2.

Pero, en el otro lado de la balanza, los europeos quisieron dejar claro a Putin que será inútil cualquier esfuerzo ruso por distanciar a Europa de EE UU. 'Ustedes son nuestros socios, pero ellos son nuestros aliados', fue el mensaje al líder ruso. En la próxima cumbre europea de Gotemburgo (Suecia), el invitado de honor será precisamente Bush.

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