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CRISIS GANADERA

Expertos británicos creen que la fiebre aftosa entró con los restos de comida de un avión

Los desechos, procedentes de un vuelo de fuera de Europa, pudieron destinarse a una granja de cerdos

La tesis que apunta a los restos de comida para pasajeros de un avión como el principal desencadenante de la fiebre aftosa en el Reino Unido, ha sido comunicada por las autoridades británicas a la Comisión Europea de manera oficiosa.

'Es una de las hipótesis que barajan los británicos, pero la información que nos han hecho llegar no es oficial', declaró ayer a este diario un portavoz de la CE. 'Creemos que la enfermedad procede de Asia y ésa es la explicación que hasta ahora nos parece más probable', confirmó otro portavoz de Bruselas.

La enfermedad de la fiebre aftosa es endémica en países asiáticos como Corea del Sur y Malaisia, desde donde se cree que ha llegado a Europa. Pero también hay fiebre aftosa en Brasil, Colombia, Egipto, Georgia, Kazajstán, Kuwait, Malaui, Mongolia, Namibia, Rusia, África del Sur y Zambia.

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Según esta tesis, las sobras de comida distribuida en al menos un vuelo procedente de alguno de esos países pudo ser utilizado para alimentar a animales en el Reino Unido o pudo llegar a la granja de Northumberland de forma accidental después de ser arrojada a algún basurero. El Reino Unido no descarta la posibilidad de que todo haya empezado con un simple bocadillo lanzado a una piara de cerdos.

En cualquiera de esos casos la seguridad de la industria agroalimentaria británica, cuestionada ya desde la crisis de las vacas locas, volvería a estar en el ojo del huracán. El 'injusto golpe de mala suerte' al que aludió esta semana el primer ministro Tony Blair para justificar la epidemia sería en realidad un nuevo caso de negligencia. Y es que los reglamentos de la Unión Europea prohíben la utilización de sobras de comida humana para alimentar a animales cuando esos restos proceden de países terceros, y ordena que sean recolectados y destruidos. Los deshechos de comida nacional sólo pueden ser utilizados como pienso después de ser tratados.

La directiva 80/217/CEE, aprobada en 1980 para luchar contra la peste porcina, señala en su artículo 15 que los Estados miembros 'velarán para que se prohíba el uso de las aguas grasas procedentes de los medios de transporte internacionales, como barcos, vehículos terrestres y aeronaves, para la alimentación de los cerdos, debiéndose recoger y destruir dichas aguas bajo control oficial'.

Se entiende por aguas grasas 'los deshechos de cocina, de restauración, de hostelería, de la cocina del criador o de las personas que se ocupan de animales sensibles o bien de la industria que usa carne destinada al consumo humano'.

La normativa comunitaria establece que 'los Estados miembros se encargarán de que, en lo relativo a la alimentación con residuos alimenticios, se apliquen mutatis mutandis las disposiciones contempladas en la legislación comunitaria sobre lucha contra la fiebre aftosa'.

Los restos de alimentos procedentes del propio país sí se pueden utilizar para alimentar al porcino, pero con determinadas condiciones. En ese caso 'las aguas grasas deben someterse a un tratamiento térmico que asegure la destrucción del virus de la peste porcina'. 'Después de dicho tratamiento, sólo se utilizarán para la alimentación de los cerdos de engorde, entendiéndose que los cerdos cebados en una explotación que utilice este tipo de desperdicios sólo podrán salir de la explotación para ser sacrificados'.

De la granja de Northumberland, sí fueron exportados cerdos vivos a varios países europeos, incluida España, que han sido ya sacrificados. No se sabe si esos animales estaban contaminados ni si llegaron a ingerir restos de alimentos procedentes de otros países.

Desinfección en Inglaterra de un camión cargado con automóviles destinados a Francia, poco antes de pasar el Eurotúnel.
Desinfección en Inglaterra de un camión cargado con automóviles destinados a Francia, poco antes de pasar el Eurotúnel.REUTERS

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