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El aumento del consumo de éxtasis dispara las requisas de esta droga

Las falsas creencias sobre esta droga favorecen el aumento del consumo

El año pasado se intervinieron en Cataluña 303.390 pastillas de éxtasis frente a las 23.208 que decomisaron la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía en el año anterior. Es decir, 13 veces más.

Hacía cinco años que el número de comprimidos intervenidos no era tan elevado. Fue en 1995, cuando los alijos sumaron 358.266 pastillas de éxtasis, una cifra todavía no superada. Fuentes de la Delegación del Gobierno en Cataluña aseguran que aquélla fue la época de irrupción entre la juventud del éxtasis y otras drogas de diseño o sintéticas. Al año siguiente, las confiscaciones sumaron 132.678 pastillas, que bajaron drásticamente en 1997 hasta situarse en 6.420 y volvieron a aumentar considerablemente un año después, con 89.907 comprimidos.

Ahora se ha vuelto a producir un nuevo repunte del consumo, aseguran fuentes oficiales, al margen de que muy probablemente también ha aumentado la eficacia de la policía.

¿Y por qué motivos aumenta el consumo? Principalmente, se asegura desde la Delegación del Gobierno, por el concepto del fin de semana que tiene este sector de la juventud que ingiere drogas sintéticas. El éxtasis le permite mantener un estado de euforia sin descanso desde la noche del viernes -en algunos casos ya desde el jueves- hasta el domingo. Junto a eso sigue existiendo la falsa creencia de que se trata de drogas que no causan adicción ni perjuicios físicos ni psíquicos. Una afirmación que no se corresponde con la realidad porque ya se ha producido más de una muerte por sobredosis de éxtasis, habitualmente cuando se combina con alcohol, algo frecuente.

Los consumidores de drogas sintéticas rechazan de manera tajante la heroína, una sustancia más propia de otra época y cuyos efectos sobre la salud son mucho más devastadores, al margen del riesgo que se corre de contraer enfermedades.

Al margen de estas explicaciones, la policía asegura que Cataluña no es sólo un lugar de consumo de droga sintética, sino también un lugar de tránsito de norte a sur. La mayor parte de los laboratorios de drogas de diseño están en Holanda y Bélgica, mientras que Cataluña es un lugar de paso en el viaje hacia Suramérica o Estados Unidos. Esto también sucede, pero en sentido contrario, con el hachís y la cocaína. En el primer caso, Cataluña es una zona natural del paso de esta droga hacia Europa procedente de África, acentuado por la situación marítima. En cuanto a la cocaína, la explicación es parecida, pero a menor escala, porque la ruta más utilizada por los traficantes pasa por el País Vasco, procedente de Galicia.

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Droga interclasista

Las cifras oficiales del año pasado constatan también un aumento del 61% de las confiscaciones. De los 947 kilos intervenidos en Cataluña en 1999 se ha pasado a 1.530 kilos. La Delegación del Gobierno también explica que esa droga se ha extendido a todos los estratos sociales para explicar el aumento del consumo. Otro dato que se debe tener en cuenta es que se ha abaratado su precio, al margen del efecto disuasorio que origina el temor a la heroína y la extendida creencia de que su consumo tampoco crea adicción.

En el caso de la heroína, las cantidades intervenidas se han reducido drásticamente y se ha pasado de los 84 kilos de 1999 a los poco más de 5 kilos el año pasado. Lo mismo ocurre con el hachís y los derivados del Cannabis indica. Los 38.477 kilos de hace un año se han reducido a 10.956. En cuanto al número de detenidos, ha aumentado el 25%. En 1999 fueron 2.494 personas y el año pasado, 3.118.

Por otra parte, la Guardia Civil detuvo ayer en L'Ametlla de Mar a cinco personas y decomisó seis toneladas de hachís procedentes de Marruecos que iban a ser distribuidas en Tarragona y otras localidades de la costa catalana. La operación Mediterráneo concluyó con el decomiso de la droga en una masía derruida situada en el paraje conocido como Partida el Recó, en el término de L'Ametlla, donde cuatro personas fueron sorprendidas cargando en una furgoneta y en un coche 187 bultos que contenían 5.755 kilos de hachís. Poco después, los agentes detuvieron a un quinto integrante de la red y registraron varias viviendas de esta localidad, en las que localizaron numerosos objetos.

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