Bush apela a la unidad del país mientras prepara la transición a la Casa Blanca
En su primera jornada como presidente electo de EE UU, George W. Bush rezó en una iglesia metodista de Austin junto con su esposa, Laura; multiplicó las declaraciones a favor de la reconciliación nacional; avanzó en la formación de su Gobierno, y sostuvo reuniones con agentes de la CIA y el Servicio Secreto. "No he sido elegido para servir a un partido, sino para servir a una nación", dijo Bush ayer en su primer discurso presidencial, una hora después de que Al Gore hubiera aceptado su derrota. El tejano que el 20 de enero se convertirá en 43º presidente de EE UU se reunirá la próxima semana con Gore y con Bill Clinton.