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FÚTBOL La resaca de la jornadaEL PERSONAJE - JUANMA LÓPEZ

Duro de por vida

Nueva expulsión del central atlético después de tres años lesionado

"Chico alto, fuerte y musculoso se compromete a proteger a su equipo. Como sea". Directo, franco, sin falsas sutilezas. Juanma López en persona elaboró años atrás el hipotético anuncio con el que buscaría un nuevo club si tuviera que abandonar el equipo de sus amores: el Atlético. Las credenciales resultan tan contundentes como el fútbol que despliega en el césped. Una contundencia que el domingo, frente al Sevilla, le costó la séptima expulsión de su carrera deportiva.López es un defensa expeditivo y directo, que no rehúye el contacto, al borde muchas veces de la legalidad, que se ha ganado fama de tipo violento y mal encarado. Por más que siga esclavo de su ruda leyenda, pese a los casi tres años que ha pasado fuera de los campos por culpa de las lesiones, López es un central a la antigua usanza que admite su dureza y, con idéntica sinceridad, rechaza cualquier atisbo de mala intención. "La segunda amarilla no fue falta. Entré con fuerza, como siempre he hecho y haré, pero casi no toqué al jugador", explica sobre su última expulsión.

A Superlópez, alias del cándido y bonachón superhéroe de barrio al que el Calderón recurrió hace tiempo para rebautizar a uno de sus ídolos, esta expulsión le llega en el peor momento. Frente al Sevilla había jugado, y de titular, su segundo partido de la temporada. Antes, sólo se había enfrentado al Levante, contra el que también salió, por cierto, con una amarilla en el bolsillo. Por primera vez en mucho tiempo, López estaba cerca de hacerse un hueco en el equipo. Tendrá que esperar, pero no le importa.

"Si el Atlético pierde yo estoy jodido. Lo demás me da igual. A nivel personal ya no me importa nada", asegura. Devoto de los chistes de Arévalo y fiel admirador de otro duro de película, Steven Seagal, López recuerda seguramente su duro pasado.

Sin entradas de por medio, ni propia ni ajena, en un golpe de mala fortuna, López cayó lesionado de gravedad en Anoeta el 15 de noviembre de 1997. Titular indiscutible en el Atlético, con el doblete aún en la memoria, internacional, dos roturas sucesivas de los ligamentos cruzados de la rodilla mantuvieron apartado de los campos al central rojiblanco hasta enero de 2000. Superado el trance, puede que los números demuestren que es el tercer jugador más amonestado en la historia del Atlético (60 amarillas y 7 rojas), que su fama de violento le preceda, pero a López, un tipo sin dobleces, no le importa. "Siempre he sido igual", espeta.

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