Salomón reparte gloria

El mejor jugador del siglo es una criatura bicéfala para el criterio de la FIFA. Ni Diego Armando Maradona (Buenos Aires, 1960), elegido por amplia mayoría en una votación efectuada en Internet, ni Edson Arantes do Nascimento, Pelé (Tres Croaces, 1940), nombrado casi por unanimidad por la comisión de técnicos de la propia FIFA, se llevaron el máximo galardón que se anunciaba, sino dos premios iguales con distinta denominación. O un mismo premio partido en dos mitades, según la salomónica decisión de la FIFA.La elección de Maradona, que se rumoreó desde hace una semana, fue respondida con un nombramiento paralelo de la FIFA, que eligió a Pelé para evitar su agravio. El máximo organismo del fútbol evaluó concederles a ambos el mismo título, pero Maradona se negó en redondo: "Un premio no se comparte". El organismo futbolístico argumentó entonces que los votantes que se inclinaron por el ex jugador del Nápoles lo habían hecho alentados en la ignorancia de su juventud: se trató -dijo la FIFA- de internautas y, por lo tanto, de presuntos jóvenes que nunca pudieron ver jugar a Pelé ni a Di Stéfano. Así que, para resolver el enredo diplomático, la FIFA optó por partir el premio en dos mitades: "Mejor Jugador del Siglo según los votantes de Internet" y "Mejor Jugador del Siglo de la familia FIFA", que, según el presidente de la institución, Joseph Blatter, es "el normal". Maradona dedicó su premio "a Fidel Castro, al pueblo argentino y al pueblo cubano". Dijo que los honores no se comparten: "El premio que me dio la gente no lo comparto ni con Pelé, ni con Platini, ni...". Y se marchó antes de que el brasileño recibiera su trofeo, para no aplaudirle.

"Nunca manché la pelota"

Maradona ofreció mejor aspecto que de ordinario. Habló con claridad, algo ronco. Osciló entre la rebeldía y el oficialismo. Le dio las gracias a Blatter, a quien consideró "joven y con garra", y reconoció como un error su adicción a las drogas. A las puertas del auditorio decenas de tiffosi del Nápoles se agolparon para reivindicarle: "¡Sólo hay un Maradona!"."Me equivoqué con mi cuerpo", dijo al llegar, acompañado de sus dos hijas, su mujer y sus padres, "me equivoqué con mi vida, pero jamás manché la pelota".

La velada comenzó en un hotel de Monte Mario, a las afueras de Roma. Una chica tocaba el arpa en el medio del salón, mientras a su alrededor pasaban las celebridades. Se mezclaban aturdidos dirigentes y jugadores: Tardelli, Baggio, Caniggia, Batistuta, Weah, Rivaldo, Zidane, Di Stéfano, Havelange, Capello... Fue un remolino de la historia del fútbol, que transcurrió bullicioso hacia un estudio de la RAI, pomposo y kitsch. Allí coincidieron Maradona y Pelé, que se saludaron con frialdad. Luego comenzó el reparto, esa extraña elección que despertó la susceptibilidad de las estrellas. Con mala cara aplaudió Pelé a Maradona, cuando el argentino fue a recibir su premio. Lo contrario no sucedió. Antes de que Pelé se subiera al podio, Maradona cogió su premio, su séquito, y se marchó.

Por su parte, el presentador de la FIFA gritó a todo pulmón la opción oficial, cuando Pelé esgrimió su armatoste plateado: "¡Aquí está el campeón de campeones!". El premio familiar de la FIFA se decidió de forma abrumadora para Pelé, con un 72,75 % de los votos, frente a los 9,75% de Di Stéfano y un exiguo 6% a favor de Maradona. Les siguieron por el siguiente orden, hasta el décimo, las siguientes figuras: Beckenbauer, Cruyff, Platini, Garrincha, Zico, Best y Bobby Charlton.

El resultado de las votaciones por Internet reflejó los siguientes porcentajes, en la relación de los diez primeros: Maradona (53%), Pelé (18), Eusebio (6,21), Baggio (5,42), Romario (1,69), Van Basten (1,57), Ronaldo (1,55), Beckenbauer (1,50), Zidane (1,34) y Rivaldo (1,19). Di Stéfano aparece en el 14º puesto (0,68%).