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LA OFENSIVA TERRORISTA

Maragall: "Han matado a un amigo del pueblo vasco, a una persona que defendía su historia"

Los socialistas reaccionaron con estupefacción y rabia ante el asesinato de su compañero Ernest Lluch. La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, reunida en Madrid, emitió un comunicado en el que reitera que "con el dolor inmenso que sentimos, los ciudadanos tienen que saber que al PSOE ningún asesinato le separará de la convicción de que la Constitución y el sistema democrático son el marco en el que queremos organizar nuestra convivencia colectiva". A las dos y cuarto de la madrugada sonaban estas palabras del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, rodeado de numerosos dirigentes socialistas. En Barcelona, el presidente del PSC, Pasqual Maragall, manifestó: "Han matado a un amigo del pueblo vasco. Una persona que conocía su historia reciente como pueblo y que la ha defendido desde la democracia y el socialismo. Una persona que ayudaba a buscar soluciones, pero las soluciones no son sencillas si el pueblo vasco no toma decisiones".

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El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, glosó brevemente la figura de Ernest Lluch pero, sobre todo, quiso recordar a todas las víctimas del terrorismo para reafirmar el compromiso de su organización en la defensa de la "libertad, la democracia y la ley". La consternación del primer momento dio paso después al intento del PSOE de mostrarse firme. "Reiteramos nuestra confianza en la acción de las Fuerzas de Seguridad, en la unidad de los demócratas y en la movilización ciudadana como los instrumentos para acabar con la acción de los asesinos y garantizar la paz; hoy más que nunca", remachó el líder del PSOE. Pero la desolación ya había hecho una mella muy ostensible en la familia socialista. En esta ocasión ETA ha matado a un personaje muy querido por el PSOE por sus características personales y sus cualidades, según fueron destacando durante toda la madrugada los actuales dirigentes, los anteriores, los compañeros de Lluch en el primer Gobierno de Felipe González, todos los que le trataron en los numerosos foros de discusión política e intelectual en los que Ernest Lluch participó en los últimos años.

El más expresivo fue el presidente del PSC y ex alcalde Pasqual Maragall, quien hacía la siguiente declaración en Barcelona: "Han ido a buscarlo y lo han matado en nombre del pueblo vasco. Que sepan los vascos que lo han matado por ser amigo. Que sepan que tienen muchos amigos en Cataluña", repetía.

"Respeto a todas las ideas"

En Madrid, los ex ministros socialistas mostraban la misma emoción ante la magnitud de la pérdida de un compañero "tan querido", como señalaron Ángeles Amador, Matilde Fernández y José Antonio Griñán. Todos recordaron que la gestión de Lluch, ex ministro de Sanidad, abrió en España la universalización a la protección de la salud. "Su inteligencia, su agudeza, su afán por el entendimiento y el respeto a todas las ideas, su sencillez, su austeridad", fueron algunas de las características que resaltaron estos compañeros del político catalán. Junto a Rodríguez Zapatero se reunieron el secretario de organización, José Blanco; el portavoz parlamentario, Jesús Caldera; los miembros de la ejecutiva, Trinidad Jiménez, Juan Fernando López Aguilar, el diputado Alfredo Pérez Rubalcaba, el presidente de los socialistas vascos, Txiki Benegas, y otros dirigentes madrileños.

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Ramón Jáuregui, diputado del PSE-PSOE, señaló desde Bilbao: "Era un precursor del entendimiento con el nacionalismo vasco democrático, que enorgulleció al Gobierno de Felipe González. Era una persona cuyo proyecto y discurso eran nítidamente dialogantes y un precursor del entendimiento con el nacionalismo vasco democrático para acabar con ETA".

Joan Reventós, presidente de honor del PSC, resaltó de Lluch: "Para mí era como un hermano; una bellísima persona. En 1977 lo fui a buscar a la Universidad de Valencia y lo convencí para que se presentase a diputado por Barcelona en las primeras elecciones democráticas. Estoy consternado".

Joan Clos, alcalde de Barcelona, resaltó: "Siento un dolor muy intenso al ver muerto a un compañero mío. Es un barcelonés firme en su testimonio contra el terrorismo. Ha sido siempre claro y contundente aquí y en el País Vasco. No es el momento para demasiadas declaraciones y hemos de expresar nuestra convicción de recuperar pronto la paz y la condena más absoluta a estas personas que sólo saben matar".

Miquel Iceta, portavoz del PSC, opinó: "Quieren acabar con la esperanza de un país en libertad. A pesar del dolor tenemos que pensar que no lo conseguirán. No hay que buscar una explicación al asesinato de Lluch. Los terroristas matan cuando pueden, donde pueden y a quien quieren".

Jordi Solé Tura, ex ministro de Cultura, indicó: "En este momento estoy completamente aplastado. Cuando me ha llegado la noticia me he quedado absolutamente parado, sin saber qué hacer, porque es un hecho muy bestia, muy brutal. Lluch estaba tan lleno de vitalidad. Era un amigo de hace muchos años, con el que hemos compartido tantas cosas, como la época de la Capuchinada, en 1962, cuando estábamos todos encerrados en el convento de los capuchinos de Sarrià, y luego nos encontrábamos y coincidíamos en tantas cosas".

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