_
_
_
_
_

Todos los grupos de las Cortes apoyan una declaración de condena de la acción sindical

La irrupción de varios miembros de la Federación de Servicios Públicos de UGT en el pleno de las Cortes Valencianas relegó ayer a un segundo plano el debate de las enmiendas a la totalidad de los dos grupos de la oposición al proyecto de Presupuestos de la Generalitat para 2001. La presidenta de la Cámara, Marcela Miró, suspendió la sesión después de que los sindicalistas desplegaran dos pancartas y mostraran camisetas con el lema No al 2%, en referencia al incremento salarial previsto para los funcionarios. El PP criticó a los socialistas por apoyar la acción, que comparó con el 23 F. El Grupo Socialista aceptó finalmente una declaración institucional de condena que fue aprobada por unanimidad.

Más información
El Congreso y la Cámara de Castilla-León evitaron la suspensión en casos similares

Desalojo

Los sindicalistas, entre ellos la ejecutiva en pleno de la Federación de Servicios Públicos (FSP-UGT) del País Valenciano, pusieron en marcha su acción pacífica de protesta desde la tribuna de invitados del Parlamento valenciano cuando el titular de la Consejería de Economía, Hacienda y Empleo de la Generalitat, Vicente Rambla, apenas había consumido 15 minutos de su primera intervención en defensa del proyecto presupuestario presentado por el Consell, que ayer se encontraba al completo en el hemiciclo, con el presidente, Eduardo Zaplana, a la cabeza.Inicialmente el consejero pareció no percatarse de la acción de los sindicalistas, que, siempre en silencio, se limitaron a desplegar desde su atalaya dos pancartas con el lema No al 2% y a mostrar sus camisetas, con idéntico mensaje. Pero Marcela Miró interrumpió a Rambla para recordar al público que lo que se producía estaba "absolutamente prohibido" y pidió a los sindicalistas que retiraran las pancartas y que depusieran su actitud. "Aténganse a las consecuencias", les avisó. Los sindicalistas no se inmutaron. En un intento de obviar la acción y de ofrecer una imagen de normalidad, Rambla retomó su discurso, pero Miró no le dejó seguir, insistió en su petición a los sindicalistas y finalmente suspendió la sesión. El amago inicial de algunos diputados socialistas de levantarse para acudir junto a los sindicalistas fue frenado por miembros de la dirección del grupo.

Con algunos forcejeos, y entre protestas contra "la democracia del PP", agentes de la Policía Autonómica desalojaron de la tribuna de invitados a los sindicalistas, uno de los cuales portaba una careta de José María Aznar, antes de tomarles sus datos y acompañarles hasta la puerta de la sede parlamentaria. Los portavoces socialista y de Esquerra Unida, Joaquim Puig y Joan Ribó, respectivamente, se acercaron para mostrar su solidaridad con la reivindicación de los sindicalistas.El responsable de la FSP, Luis Lozano, justificó la acción ante la "burla" que supone el incremento salarial del 2% previsto en el proyecto de Presupuestos de la Generalitat para 2001. "Venimos a protestar porque no hay mesa de negociación ni posibilidad de negociar con nadie", afirmó Lozano, quien criticó que antes de presentar en las Cortes su proyecto presupuestario, el Consell debería de haber convocado la Mesa de la Función Pública.

Al ordenar la reanudación del pleno, diez minutos más tarde, la presidenta calificó los hechos de "gravísimos" y, después de que Rambla concluyera su intervención y ante una propuesta del portavoz popular, Alejandro Font de Mora, volvió a suspender la sesión para convocar una reunión urgente de la Junta de Portavoces. El PP había decidido utilizar toda la artillería posible para mostrar su indignación por los hechos. Sus máximos representantes habían aprovechado la acción de los sindicalistas, que calificaron de "falta de respeto" al pueblo valenciano, para criticar a los socialistas. Así, Zaplana dijo que cuando "organiza estrategias de este tipo", el PSPV demuestra que tiene "pocos argumentos políticos", y lamentó que la "práctica totalidad" del Grupo Socialista abandonara el pleno tras los incidentes "para solidarizarse" con unas personas que habían "interrumpido el debate" de los Presupuestos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En cambio, para los socialistas la acción de ayer "entra dentro de las reglas de juego de la democracia", según afirmó Puig, quien señaló que las críticas del PP a esta manifestación "están en la línea de sus reacciones viscerales y ponen en duda su supuesto giro centrista". Puig reprochó al PP que "no entienda que la gente tiene que reivindicar sus derechos" y pidió que el incidente no se convirtiera en protagonista de un pleno tan importante como el de debate de los Presupuestos". Puig recordó que en otros parlamentos donde los sindicatos han organizado últimamente protestas similares las sesiones han continuado con normalidad.

En este clima, el PP se presentó en la Junta de Portavoces con una solicitud de convocatoria inmediata de la comisión del Estatuto del Diputado para tratar sobre los incidentes y para tomar "medidas respecto a sus autores, posibles inductores o cómplices". Era una referencia al hecho de que los sindicalistas habían accedido al Parlamento invitados por miembros del Grupo Socialista. Los socialistas consideraron improcedente tal iniciativa y finalmente aceptaron una propuesta de declaración institucional de condena de los hechos que fue aprobada por todos los grupos.

El PP criticó a los grupos de la oposición por suscribir la iniciativa después mostrar su apoyo a la acción de los sindicalistas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_