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VALENCIA

Carrión convenció

Manolo Carrión ha tenido dos años el terno en el armario. No importa, ayer llegó, toreó y convenció. No ha perdido el tiempo, que en lo taurino se le paró tras la alternativa dejando una estela de novillero de lo alto del escalafón. Tras el doctorado un par de cositas y ¡hala! al negro pozo del ostracismo donde purgan tantos buenos toreros. Pero no perdió la cabeza y en ese tiempo ha terminado al carrera de Derecho. Sería una pena que el toreo de hoy, ese que se ve en mil plazas otras tantas tardes, perdiera un torero de su talla para que la abogacía ganara un hombre honesto.Manolo Carrión no sólo estuvo en torero, resaltarlo es obviedad, es que se mostró poderoso, mandón, confiado, y templado sobre todo con su segundo que le presentó más batalla que el que abrió festejo. Estaba el público con el torero valenciano al que han negado el pan y la sal. Y puso las cosas en su sitio a pesar del ganado. Toreó Carrión, con el capote, como no se ve a menudo; manejando con temple el percal bajando la mano ¡y cargando la suerte!, vamos, sin dar el pasito atrás. Hizo un quite que rubricó con una media de las que sueñan los toreros sin contratos y casi nunca hacen las figuras. Y así a su segundo lo toreó con la derecha templando, mandando y con sitio. Estuvo en todo momento firme y decidido, y aun sin enemigo de fuste que diera más valor a la faena, lo estrujó cual límón. La rúbrica, como ya hiciera en su primero, fue otro estoconazo que le valió sólo una oreja porque el usía no atendió la fuerte petición del público.

Rojas / Carrión, Senda, Renco

Toros 1º, 3º y 5º de Gabriel Rojas, faltos de fuerza y descastados. Resto de Fermín Bohórquez, 2º y 4º, inválidos; 6º boyante.Manolo Carrión: estocada (vuelta); estocada (oreja). Paco Senda: pinchazo, media, pinchazo y cinco descabellos (silencio); estocada baja (silencio).El Renco: media (silencio); estocada (oreja). Se guardó un minuto de silencio por el asesinato de Luis Portero, Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justícia de Andalucía. Plaza de Valencia, 9 de octubre. Día de la Comunidad. Menos de media entrada.

Otro torero animoso, también más placeado, es El Renco que tuvo, sin restarle méritos, el toro más claro de la corrida y lo aprovechó en una faena más vibrante por la movilidad del animal que por su enjundia. Esa que tampoco pudo mostrar en el tercero, un toro reservón que esperó y cortó el viaje negando cualquier posibilidad de lucimiento al torero alicantino. Con el que cerraba plaza El Renco remató su muleteo valeroso con un estoconazo fulminante que le valió su único trofeo.

Paco Senda pechó con el peor lote y la falta de oficio. A su primero bastante hizo con aguantarle los tornillazos desabridos cuando no cortaba el viaje. Con el quinto, mansurrón y justísimo de fuerzas, se equivocó en la distancia y se puso encimista y tampoco tragó. Pedía el animal su muerte y a punto estuvo de morirse él solito.

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