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UNA JORNADA PARA LA REFLEXIÓN

Una jornada con bici

Un ejecutivo en bicicleta por Barcelona no es una escena habitual. Ayer podía verse. Y es que el Ayuntamiento puso al alcance de los barceloneses 400 bicicletas gratuitas para celebrar el Día sin Coches, y algunos optaron por ir al trabajo sobre dos ruedas. Un total de 435 calles cerraron el paso a coches, camiones y motos. Sólo podían circular peatones, transporte público y vehículos de emergencia y para disminuidos entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde. Pero si se pretendía que hubiera menos ruido, menos colapso y menos humo, la realidad fue otra.Los ciclistas se quejaban de la cantidad de coches que se acumulaban en el centro. Y algunos conductores, lejos de estar concienciados, criticaban de que el Ayuntamiento hubiera cortado calles. En cambio Jordi Ferrer, de 25 años, aseguraba: "Hay muchos coches en las calles que no están cortadas. Yo cerraría el centro permanentemente, como en otras ciudades europeas". Ferrer y Marta Borràs cogieron una bici ayer por la mañana para darse un paseo durante una hora. No suelen ir en bicicleta, pero aprovecharon la jornada de ayer para probarlo. "Casi todos los que vienen son gente que no tiene bici y aprovecha este servicio que ofrecemos", explicó Oriol, del punto de préstamo de bicis de la plaza de Cataluña, que dejó más de cien bicicletas ayer por la mañana. "Circular en bici por la ciudad es complicado incluso hoy", apuntaba, "y aunque es bueno para concienciar, al final se queda en un solo día".

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Las bicis, repartidas en ocho puntos de la ciudad, podían cogerse entre las ocho de la mañana y las ocho de de la tarde. Hubo una excepción: en la plaza de Catalunya, que contaba con casi la mitad de la flota, el horario de devolución del vehículo se adelantó a las dos por la manifestación convocada por el asesinato de José Luis Ruiz Casado.

Para disfrutar del préstamo, los ciudadanos debían dejar una copia del carnet de identidad o bien un depósito de 15.000 pesetas. Tándems, bicicletas para todas las edades, de montaña o paseo, e incluso algunas con silla detrás para llevar al bebé: éstas eran las opciones. Josep Maria Novellas y su mujer eligieron un tándem. A sus 70 años, este vecino de Mataró se subía por primera vez en una bicicleta de este estilo. Su esposa parecía también primeriza. Novellas es de los que opinan que "ir por la ciudad en bici no es práctico con el intenso tráfico", y pone ciudades europeas como modelo: "Prefiero Holanda para ir sobre dos ruedas".

Los turistas, muchos de ellos ajenos al Día sin Coches, mostraban perplejidad ante tanto colapso. "¿El día sin coches?", se preguntaba una estadounidense mirando hacia la calle de Aragó, totalmente congestionada por el tráfico, ya que los coches no podían subir por el paseo de Gràcia ni bajar por la Via Laietana, ya que ambas vías estaban cortadas.

Muchos niños barceloneses no fueron ayer a clase. Grupos de escolares en fila india inundaban la ciudad y participaban en las actividades educativas y deportivas dirigidas a ellos: desde talleres de reciclaje hasta exhibición de vehículos alternativos y pruebas de condición física.

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Lejos del follón del centro, en la plaza de los Països Catalans, junto a la estación de Sants, unas 50 bicis estaban a la espera de que alguien las tomara prestadas. Al mediodía ya se habían llevado la mitad. "Un chico ha llegado en tren y, como su barco no salía hasta la tarde, se ha ido a dar un paseo en bici", explicaba uno de los encargados del puesto. La mayoría de las personas que pasaban por allí casualmente se apuntaban al préstamo de bicis. Los cortes en el barrio de Sants no produjeron ninguna retención aparte de las habituales. Las calles cortadas se abrieron al tráfico a la una de la tarde.

Hubo anécdotas y comportamientos incívicos, como el de un conductor que burló la señal de prohibición de circular en la avenida de Maria Cristina, donde un guardia urbano intentaba en vano alertarle haciendo sonar el silbato. No consiguió pararlo y el aprovechado circuló solo por un largo tramo.

Jordi Roviralta

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