Japón supedita sus inversiones en Rusia al futuro de las Kuriles

El presidente ruso, Vladímir Putin, comenzó ayer una visita oficial a Japón de tres días que tendrá en las islas Kuriles uno de los asuntos centrales. Moscú desea que las inversiones niponas lleguen al Extremo Oriente ruso, pero Tokio supedita toda futura colaboración económica a la solución definitiva de los problemas territoriales, concretamente a la devolución de las islas llamadas Kuriles del Sur, por los rusos, o Territorios del Norte, por los japoneses.Se trata de cuatro islas (Etorofu, Habomai, Kunasshiri y Shikotán) que Rusia se anexionó al final de la II Guerra Mundial. Más tarde, el ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El presidente ruso, Vladímir Putin, comenzó ayer una visita oficial a Japón de tres días que tendrá en las islas Kuriles uno de los asuntos centrales. Moscú desea que las inversiones niponas lleguen al Extremo Oriente ruso, pero Tokio supedita toda futura colaboración económica a la solución definitiva de los problemas territoriales, concretamente a la devolución de las islas llamadas Kuriles del Sur, por los rusos, o Territorios del Norte, por los japoneses.Se trata de cuatro islas (Etorofu, Habomai, Kunasshiri y Shikotán) que Rusia se anexionó al final de la II Guerra Mundial. Más tarde, el líder soviético Nikita Jruschov prometió devolver dos de ellas, algo que nunca se concretó. Este problema territorial ha impedido que Moscú y Tokio -aunque reanudaron las relaciones diplomáticas en 1956-, firmen un acuerdo de paz definitivo, aún pendiente desde el final de la II Guerra Mundial.

Antes de partir a Tokio, Putin declaró en Yuzhno-Sajalinsk que no entregará las Kuriles y reconoció que existen "serios problemas territoriales". "¿Acaso alguien ha dicho que el Gobierno ruso se dispone a entregar las Kuriles? No, sólo estamos en conversaciones sobre el asunto, y nada más", puntualizó el presidente ruso.

Pero los observadores piensan que se llegará a un acuerdo entre bastidores para devolver paulatinamente las islas después de que Japón organice inversiones masivas hacia el Extremo Oriente ruso, en las que destacarán los proyectos de desarrollo energético y de infraestructuras.

Tokio desea, como mínimo, que Putin reafirme el compromiso contraído por su predecesor, Borís Yeltsin, en Krasnoyarsk, hace tres años. Allí, en la cumbre con el entonces primer ministro nipón, Ryutaro Hashimoto, el líder ruso prometió hacer todo lo posible por "firmar un acuerdo de paz antes de finalizar el 2000", en el que debería quedar solucionado el problema territorial.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En