Los grandes daños observados en el submarino ruso apuntan a que chocó contra un gran navío
"La situación en el Kursk está cercana a la catástrofe". Con estas palabras, el primer ministro Mijaíl Kasiánov abrió ayer la reunión del Gobierno ruso. A estas declaraciones había precedido una noche de infructuosos intentos de abrir una vía hasta el submarino varado en el fondo del mar de Barents con 118 tripulantes. La filmación de los daños del submarino permitió ayer al Gobierno ruso concluir que el sumergible chocó en la superficie con un barco de gran tonelaje. Y la mayoría de la tripulación estaba en las zonas afectadas por el choque. Después se hundió en un par de minutos.