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"La nueva Ley de Extranjería es de las más avanzadas de Europa"

El presidente del Gobierno, José María Aznar, trató ayer de responder a las críticas de la oposicíón y las organizaciones que representan a los inmigrantes contra la decisión de reformar la Ley de Extranjería aprobada por todos los grupos, a excepción del PP, al término de la pasada legislatura. La nueva norma impulsada por el Gobierno, aprobada por el Consejo de Ministros el pasado viernes y que entrará en vigor presumiblemente a finales de año, es, para él, "una de las más avanzadas, por no decir la más avanzada, de Europa".Aznar volvió a recurrir a un argumento que ha venido utilizando repetidamente desde que surgieron los primeros reproches por su intención de revocar la ley en vigor y aprobar un nuevo texto mucho más restrictivo respecto a los derechos de los inmigrantes. Así, el aprobado el viernes, dijo, es "infinitamente más abierto que el de 1985". Es el argumento básico de los populares: los socialistas, que ahora son los que con más vehemencia critican la contrarreforma del Ejecutivo que preside Aznar, aprobaron en 1985, cuando gobernaba Felipe González, una ley muy dura y considerada por algunas asociaciones incluso como "racista".

Pero los socialistas, y especialmente su nuevo líder, José Luis Rodríguez Zapatero, han insistido mucho en las últimas semanas en que su prioridad no es conservar a toda costa la ley vigente -"aprobada contra el Gobierno", según Aznar-, sino establecer un diálogo con el Ejecutivo para llegar a un consenso y lograr un gran pacto de Estado en un asunto tan sensible como es él de la regulación de los flujos migratorios.

Llamadas al diálogo

El Gobierno no ha hecho caso alguno de estas llamadas al diálogo y ha aprobado su proyecto en el último Consejo de Ministros antes de las elecciones, aunque el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, admitió que ese consenso se puede buscar a partir de septiembre, cuando el proyecto llegue al Parlamento para su definitiva aprobación.Aznar comentó en relación con las peticiones del PSOE de que esperase un poco para la aprobación de la ley que "el hecho de que no se tenga lista una alternativa no quiere decir que el Gobierno no tenga que cumpir con sus obligaciones".

El presiente defendió la nueva ley porque, según dijo, además de ser mucho más avanzada que la de 1985, "pone coto a algunos errores manifiestos" de la norma vigente. En ese sentido, recordó el argumento central que han expuesto los responsables de su Ejecutivo para justificar la acelerada modificación de la ley, una de las promesas electorales que el PP ha tardado menos tiempo en cumplir: la ley vigente no distingue entre los inmigrantes legales y los ilegales, lo que impide al Gobierno regular los flujos migratorios y permitir la entrada y la estancia en España sólo a aquellos extranjeros que la economía española puede asimilar.

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