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Cataluña prepara una ley que regulará la eutanasia pasiva

Oriol Güell

Libre acceso al historial

Los pacientes catalanes podrán decidir los tratamientos a los que deben ser sometidos y dejar escritas instrucciones de obligado cumplimiento para los médicos cuando la gravedad de su estado impida que expresen su voluntad. La decisión del paciente deberá respetarse incluso cuando rechace medidas para prolongar artificialmente su vida, lo que se denomina como eutanasia pasiva. Los únicos límites a sus deseos serán la legalidad vigente y la "buena práctica médica", lo que excluye la eutanasia activa y preserva la cláusula de conciencia de los médicos. Esta iniciativa se articula en una proposición de ley, consensuada por todos los partidos del Parlamento catalán, que fue presentada ayer.El objetivo es que los pacientes adquieran un papel protagonista en las decisiones que afecten a su salud, según insistieron ayer todos los partidos en la presentación de la nueva normativa, que será aprobada en septiembre.

El proyecto de ley también establece el derecho del paciente a acceder libremente a su historial clínico en todos los hospitales en los que haya recibido tratamiento. El Departamento de Sanidad promoverá además que las historias clínicas que el paciente tenga en distintos centros sean utilizadas de forma conjunta con el objetivo de que los médicos tengan a su disposición la totalidad de la información sobre el paciente. Ramon Espasa, médico y ponente por el PSC-CPC, explicó que un paciente que no quiera someterse a determinadas medidas como la quimioterapia o la respiración artificial, verá respetada su voluntad.La ley consagra el derecho del paciente a conocer en todo momento su estado de salud y establece que su consentimiento será necesario ante cualquier intervención quirúrgica o tratamiento médico. El paciente también podrá decidir por anticipado qué medidas quiere que le sean aplicadas en caso de extrema gravedad, en un documento de voluntades anticipadas o testamento vital. En él podrá también nombrar un representante que actúe como interlocutor único y necesario ante los médicos. Para garantizar la libertad en su decisión se establece que las instrucciones deben ser fijadas ante notario o tres testigos, dos de los cuales no podrán ser familiares directos ni tener relación patrimonial con el paciente. "Es una ley modelo, consensuada por todos los partidos y la clase médica, pionera en nuestro país y en el mundo", señaló Joan Ridao, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Los médicos catalanes y el Colegio Oficial de Médicos han acogido positivamente el proyecto de la nueva ley que ha contado con su asesoría. La Asociación para el Derecho a Morir Dignamente también manifestó ayer su satisfacción por la iniciativa.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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