González considera contraproducente el debate del federalismo en la UE
El ex presidente del Gobierno Felipe González recomendó ayer en París no abrir el debate del federalismo si realmente se quiere avanzar por ese camino en la Unión Europea (UE) e instó a los Quince a emprender una verdadera unión económica y fiscal en beneficio del euro. "Soy verdaderamente federalista y por eso no quiero plantear el debate sobre el federalismo. Está claro, yo deseo ir hacia la confederación y por eso no quiero hablar de ello", dijo González en una conferenciasobre Europa en la Universidad de la Sorbona.
Ante personalidades de la economía y política europea, González exp...
El ex presidente del Gobierno Felipe González recomendó ayer en París no abrir el debate del federalismo si realmente se quiere avanzar por ese camino en la Unión Europea (UE) e instó a los Quince a emprender una verdadera unión económica y fiscal en beneficio del euro. "Soy verdaderamente federalista y por eso no quiero plantear el debate sobre el federalismo. Está claro, yo deseo ir hacia la confederación y por eso no quiero hablar de ello", dijo González en una conferenciasobre Europa en la Universidad de la Sorbona.
Ante personalidades de la economía y política europea, González explicó que tras reflexionar sobre la década 1985-1995, "los años más dinámicos de la construcción europea", ha llegado a la "conclusión" de que el problema "no es el reparto de poder" sino de "subsidiariedad", "identidad" y "cohesión". "Cuando un español habla de cohesión todo el mundo piensa que habla de fondos estructurales y de dinero", se lamentó González, para quien "cohesión es la ciudadanía europea", el tener un mismo pasaporte, lo cual "no es incompatible con la nacionalidad". Advirtió que "si no se hace el reparto de poder teniendo en cuenta esos elementos no se va a avanzar en la federación de Europa. No es verdad". Para el ex primer ministro español otro de los asuntos primordiales, antes de proceder a la ampliación de la UE, es acometer una verdadera reforma económica y fiscal. "Yo estuve en el bautismo del euro. Hicimos el rito y alcanzamos el Tratado de Unión Económica y Monetaria. Ahora sólo hay unión monetaria, pero no económica y menos una política económica común y de fiscalidad común", señaló.
Por ello, agregó, aunque el euro "de momento funciona" una vez que la integración monetaria sea total "no va a funcionar". Para ilustrar su vaticinio indicó que "el euro ha perdido valor frente al dólar, la reacción psicológica de los alemanes cuando tengan que pasar del marco al euro no es fácil de prever" y "y con el doble de inflación de unos países a otros, con un mismo banco central y el mismo tipo de interés eso (el euro) no funcionará".
"No habrá una unión monetaria si no hay una política económica y fiscal común", reiteró. Después de solucionar esos asuntos pendientes "se puede discutir el núcleo duro como las cooperaciones reforzadas", señaló. Dijo que "es inimaginable conseguir que la gente se interese por el debate de la Conferencia Intergubernamental" (CIG), que debe culminar a finales de año en Niza (Francia) durante la presidencia francesa de la UE, que comienza el próximo 1 de julio. "¡Normal!. Cómo van a erotizarse con el lenguaje incomprensible de la CIG de la reponderación de votos, de la codecisión o de la mayorías cualificadas", ironizó.
González reconoció, no obstante, que la "propuesta del ministro alemán de Asuntos Exteriores, Joscha Fischer, sobre la necesidad de ir hacia la construcción federal europea ha puesto en marcha un cierto debate de opinión". En la CIG, de la que podría nacer el Tratado sustituto del de Amsterdam, sólo "se debatirá el equilibrio de poderes internos entre los Quince", según González, quien aseguró que la ampliación hacia el Este necesitara una nueva CIG.
En el mismo acto, organizado por tres prestigiosas escuelas francesas, la presidenta del Parlamento Europeo, la francesa Nicole Fontaine, se declaró, al igual que González, una "apasionada de la construcción europea". El ex presidente instó, además, a introducir en la enseñanza valores humanistas, políticos y culturales y concluyó lanzando una paradoja para la reflexión: "La única publicación europea con verdadera vocación europea es la edición europea del Wall Street Journal. No se puede continuar así".