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Una sucesión complicada

La hospitalización del primer ministro Keizo Obuchi -víctima de un derrame que le ha llevado al coma profundo y, según algunos medios, a la muerte cerebral- ha abierto un periodo de incertidumbre en Japón. Su sustitución se presenta complicada tanto desde el punto de vista jurídico (el proceso), como político (la persona elegida). El Partido Liberal Demócrata (PLD), que encabeza la coalición de centro-derecha construida por Obuchi, sopesaba anoche los próximos pasos.La legislación relativa a la sucesión política en situaciones como la presente resulta poco clara. Expertos políticos aseguran que en Japón no hay un procedimiento legal para decidir si el primer ministro debe ser reemplazado cuando él mismo no puede delegar sus funciones o cuánto tiempo puede mantenerse la interinidad. "El primer ministro decide cuándo y si quiere dimitir", asegura Isao Sato, profesor de Derecho Constitucional en la prestigiosa Universidad Sofía de Tokio. "Naturalmente, si es incapaz de llevar a cabo sus dudas, será obligado a dimitir", añade.

"Si está inconsciente, los dirigentes del PLD pueden tener que simular que obtienen su dimisión", precisa por su parte Muneyuki Shingo, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Rikkyo de Tokio. "No podemos ir a la cumbre con un primer ministro en funciones", explica en referencia a la cita que los jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los Ocho (los siete países más industrializados del mundo y Rusia) tienen el próximo julio en Okinawa.

De momento, el ministro secretario del Gabinete, Mikio Aoki, asumió ayer el cargo "en funciones", tal como prevé la ley. Aoki dejó entender que Obuchi podría ser declarado incapaz. "Es una decisión difícil, pero debemos estudiarla a la vista de la evolución de su estado", precisó.

Decisión parlamentaria

La Constitución japonesa prevé que en caso de fallecimiento o incapacidad del primer ministro se disuelva el Gobierno y el Parlamento elija a su sucesor, una eventualidad que anoche se abría camino. En este caso no serían necesarias nuevas elecciones, dado que el PLD y sus aliados controlan una amplia mayoría en ambas cámaras del Parlamento.

El secertario general del PLD, Yoshiro Mori, y el ministro de Asuntos Exteriores, Yohei Kono, figuran entre los mejor situados para reemplazar a Obuchi, según la cadena de televisión NHK. Ambos pertenecen a facciones del PLD distintas de la liderada por Obuchi y, aunque su grupo preferiría situar a uno de los suyos al frente del Gobierno, también tendrá que tener en cuenta a sus socios de coalición, el Nuevo Komeito y los miembros del Partido Liberal (PL) que no respaldan la ruptura que se perfiló el pasado sábado entre su grupo y el de Obuchi.

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"No hay consenso en el PLD, pero Mori parece el sucesor más lógico", asegura el analista político Shigenori Okazaki. "Es el favorito de la facción Obuchi porque es manipulable, pero seleccionar así al primer ministro puede traer muchos problemas".

Gabinete del primer ministro: www.sorifu.go.jp

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