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GINECOLOGÍA La extirpación de quistes benignos de ovario no baja la mortalidad

Un estudio publicado esta semana en la revista The Lancet sugiere que la extirpación de quistes ováricos benignos no está asociada con el descenso general de la mortalidad entre mujeres con cáncer de ovarios.En los países industriales de Occidente, una de cada 70 mujeres desarrolla cáncer epitelial ovárico. Se ha sugerido que el índice de supervivencia podría ser del 90% si los tumores primarios se pudiesen detectar y extirpar mientras las células cancerígenas están confinadas dentro de los ovarios; por tanto, se trataría de detectar los signos de tumores ováricos precoces en mujeres que no presentan síntomas.

Tim Crayford y sus colaboradores del Kings College Hospital de Londres utilizaron datos de seguimiento de una población de 5.479 voluntarias que no presentaban síntomas y que participaron en un experimento de control ultrasonográfico para detectar cáncer de ovario en sus primeras fases, entre 1981 y 1987. El programa de detección selectiva se utilizó para evaluar si la extirpación de quistes ováricos persistentes en estas mujeres se asociaba a una reducción del número de muertes esperado por cáncer de ovario.

Según el estudio, la extirpación de quistes ováricos persistentes no fue asociada, durante el seguimiento, con un descenso de la proporción de muertes esperada por cáncer de ovarios en relación con otros cánceres. Los investigadores entienden que para controlar la población de mujeres sanas sin historial familiar de cáncer de ovario es necesario efectuar una prueba específica y sensible a la enfermedad maligna en sus primeras fases.

Un área poco estudiada

Tim Crayford asegura: "Este estudio comienza a cubrir un importante vacío en una área poco estudiada. Esperamos que fomente un mayor debate sobre la viabilidad de la detección precoz del cáncer de ovarios y sobre qué hacer con las mujeres a las que se les descubren quistes ováricos en un examen ultrasónico ordinario".

En un comentario adjunto, Robert Scully, de la Facultad de Medicina de Harvard, en Boston (Estados Unidos), señala que los conocimientos sobre la génesis y evolución del cáncer ovárico son limitados, y explica que la detección precoz de este tipo de cáncer sigue siendo un gran reto. Scully concluye que los resultados obtenidos por Crayford y sus colaboradores no contradicen la evidencia de que los tumores epiteliales benignos y el tejido endométrico pueden ser puntos de origen de algunos cánceres de ovarios, pero declara que su investigación parte de la premisa de que la mayoría de los cánceres epiteliales de ovario normalmente surgen aparte, y no a partir de lesiones epiteliales benignas, generalmente de gran tamaño, que son fácilmente detectables.

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