MÚSICA

El folclor de Quebec suena alegre con La Bottine Souriante

Llevan casi un cuarto de siglo representando a la música tradicional de su Quebec natal. Hace dos años actuaron por primera vez en España, y tanto público como crítica se rindieron ante el empuje de este festivo grupo canadiense. Los nueve componentes de La Bottine Souriante regresan para presentar hoy su disco Rock & Reel en el San Juan Evangelista. "Cuando llegamos a un lugar nuevo no suelen venderse todas las entradas, pero la siguiente vez siempre está lleno. La gente se queda muy sorprendida porque nuestro espectáculo es muy energético", asegura el orondo y bonachón Yves Lambert, único su...

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Llevan casi un cuarto de siglo representando a la música tradicional de su Quebec natal. Hace dos años actuaron por primera vez en España, y tanto público como crítica se rindieron ante el empuje de este festivo grupo canadiense. Los nueve componentes de La Bottine Souriante regresan para presentar hoy su disco Rock & Reel en el San Juan Evangelista. "Cuando llegamos a un lugar nuevo no suelen venderse todas las entradas, pero la siguiente vez siempre está lleno. La gente se queda muy sorprendida porque nuestro espectáculo es muy energético", asegura el orondo y bonachón Yves Lambert, único superviviente de la formación original y responsable de cantar y tocar el acordeón y la armónica, además de maestro de ceremonias. "A partir de ahí funciona el teléfono árabe -hace el gesto de hablar a la oreja de alguien- y ya es un éxito".

Un periodista canadiense escribió, a propósito de su último disco, Rock & Reel, que La Botina Sonriente es para el folk lo que Céline Dion para el pop o Jacques Villeneuve para la Fórmula 1. "Salvo en lo que respecta a la cuenta corriente", matizan entre risas Yves Lambert, Michel Bordeleau y Régent Archambault, portavoces de este grupo fundado en 1976, en un Quebec volcado entonces en potenciar sus señas de identidad.

Son los abanderados musicales de una isla de siete millones de francófonos rodeada por un océano de casi 300 millones de anglófonos. "Nos salva de la invasión norteamericana que somos un pueblo muy creativo", afirma Lambert.

"La danza moderna, los audiovisuales, el teatro... Tenemos una cultura muy fuerte y eso hace de contrapeso. Un buen ejemplo es el Cirque du Soleil". Probablemente sea el único grupo que toca jigas, valses y reels con sección de metales de jazz o rhythm and blues. Lambert detesta la nostalgia: "Aunque toque música tradicional, lo importante es el presente. Más aprendes y menos sabes".

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