Aznar rechaza de plano la consulta popular que pide Ibarretxe y la califica de "Estella 2''

El presidente del Gobierno, José María Aznar, calificó ayer la propuesta soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe, como una versión corregida y aumentada del Pacto de Estella - "es un Pacto de Estella 2", dijo- y vaticinó que, al igual que el primero, está "condenado al fracaso". "Son estrategias que no tienen ningún sentido", afirmó Aznar en Lisboa al término de la cumbre de la UE. En Madrid, el portavoz del Ejecutivo, Josep Piqué, sentenció que "es muy difícil que el lehendakari finalice la legislatura ante la situación de inestabilidad" que atraviesa su Gobierno.

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El presidente del Gobierno, José María Aznar, calificó ayer la propuesta soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe, como una versión corregida y aumentada del Pacto de Estella - "es un Pacto de Estella 2", dijo- y vaticinó que, al igual que el primero, está "condenado al fracaso". "Son estrategias que no tienen ningún sentido", afirmó Aznar en Lisboa al término de la cumbre de la UE. En Madrid, el portavoz del Ejecutivo, Josep Piqué, sentenció que "es muy difícil que el lehendakari finalice la legislatura ante la situación de inestabilidad" que atraviesa su Gobierno.

La iniciativa presentada por Ibarretxe el jueves pasado en Madrid, para que el Estado reconozca el derecho a la autodeterminación de Euskadi y, en consecuencia, permita la celebración de una consulta popular tras el previo cese de la violencia de ETA, tiene, en opinión de Aznar, "bastante poco que ver con la realidad" y forma parte de "un discurso mecánico y de una estrategia equivocada". El presidente del Gobierno en funciones subrayó en Lisboa que "cuando los ciudadanos vascos, y no digamos los navarros, han votado recientemente en unas elecciones libres sobre la base de un modelo constitucional, venir a plantear un Estella 2 tras el fracaso estruendoso del Estella1 [el Pacto de Lizarra] es seguir apostando inútilmente por el fracaso".Aznar recordó que desde hace tiempo ha invitado a Ibarretxe y al PNV a reflexionar sobre su posición política, sin que, por lo que se ve ahora, haya servido para nada. La propuesta de Ibarretxe, que incorpora elementos soberanistas de la ponencia política del PNV, ha sido recibida con profundo malestar en La Moncloa, que ve disiparse la esperanza de un giro hacia posiciones más moderadas en la presidencia del Ejecutivo vasco.

En Madrid, tras la reunión del Consejo de Ministros, que ayer presidió Francisco Álvarez Cascos, el portavoz y ministro Josep Piqué fue aún más lejos y vaticinó que el Gobierno de Ibarretxe "difícilmente" acabará la legislatura por su inestabilidad. Recordó que el lehendakari sólo dispone en la Cámara de Vitoria del apoyo de 27 escaños de un total de 75, al romper su pacto con EH tras el asesinato del socialista Fernando Buesa y su escolta, el 22 de febrero pasado.

Piqué sentenció que pasado el verano, cuando el Gobierno vasco tenga que negociar los nuevos Presupuestos, se despejará esta situación. El portavoz concibe una abstención activa de EH que permita a Ibarretxe seguir gobernando de momento, pero tampoco descarta que el PP y PSOE lleguen a pactar una moción de censura contra el lehendakari y que el brazo político de ETA no la evite con un apoyo explícito a Ibarretxe.

Piqué calificó de "especulación" la hipótesis apuntada por Ibarretxe de que el PNV y los restantes miembros del Pacto de Lizarra buscan una nueva tregua de ETA, y señaló que, en cualquier caso, el hecho de que la banda terrorista haya vuelto a matar obliga a exigirle un cese de la violencia con "una naturaleza totalmente distinta". Es decir, La Moncloa no admitiría una nueva tregua, sino el cese definitivo de las armas.

Los reproches del Gobierno central al PNV también llegaron ayer por el intento de los nacionalistas vascos de buscar una estrategia común con catalanes (CiU) y gallegos (BNG) a través de la Declaración de Barcelona. Aznar calificó la reunión que estas tres fuerzas celebraron el jueves como el "empeño de crear un frente no se sabe muy bien para qué". Sin mencionar explícitamente a los nacionalistas vascos, el presidente describió la negativa de CiU de secundar su estrategia con la siguiente imagen: "Algunos están metidos en un agujero y quieren seguir profundizando, pero en compañía, y éstos dicen 'a mí ni me meta en el agujero, que no he hecho nada". El portavoz del Gobierno, más rotundo que Aznar, señaló que existe una "incompatibilidad intelectual" entre la presencia de CiU en la Declaración de Barcelona y la existencia de un clima de colaboración entre CiU y el PP.

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