"He percibido miedo a reunirse con el PP"

El PP tiene la esperanza de lograr dos escaños en el Congreso por Guipúzcoa, un territorio donde su respaldo electoral casi se ha triplicado desde 1989. José Eugenio Azpíroz (San Sebastián, 1955), diputado en Madrid desde 1993, representa la cara amable y conciliadora de su partido, aunque no oculta que en el País Vasco no puede expresarse como quisiera.Pregunta. ¿La moraleja del último atentado de ETA es que el proceso de pacificación no ha avanzado nada?
Respuesta. Quien no avanza es el que debe dejar las armas, como quieren los vascos. Los terroristas aún no se han convencido de que la violencia no es válida para lograr ningún fin.
P. ¿No se han cargado las tintas contra el lehendakari?
R. Las críticas de la sociedad vasca contra Ibarretxe han sido espontáneas porque no ha tenido delicadeza al acompañar a la familia de Buesa en el dolor. Es grave que cuando unos ciudadanos, en el legítimo uso del derecho de la libertad de expresión, pidieron la dimisión de lehendakari, fueran inmediatamente acallados por las fuerzas de Ibarretxe. El lehendakari debe serlo para todos los vascos, no sólo para los simpatizantes del PNV.
P. ¿Por qué todas las campañas electorales son monográficas sobre el terrorismo?
R. Esto me da mucha tristeza, porque produce división entre los demócratas. En primer lugar, los políticos debemos ir hacia un relajamiento de la radicalidad, que empieza por suavizar el lenguaje y extirpar la vehemencia verbal. Segundo, apelo a la responsabilidad del PNV para que gobierne para todos y salga de una vez de la trampa de Lizarra. Este pacto, en lugar de ir hacia el aislamiento del terrorista, le ha dado cobertura y oxígeno. Cuando los nacionalistas democráticos han perdido la moderación, los radicales han creído que tienen el derecho a imponer sus ideas a golpe de tortas y de asesinatos.
P. Con el doble asesinato de Vitoria, ¿ha terminado la campaña de ETA?
R. Soy incapaz de ponerme en la mentalidad trágica y siniestra de quien puede ordenar la acción de un comando para asesinar. Esto es una macabra partida de ajedrez y desconozco cómo quieren jugarla.
P. ¿Se siente cómodo expresando sus ideas en Euskadi?
R. No, es una obviedad. Yo me sentiría cómodo sin tener que expresarlas. No soy el ciudadano más feliz del mundo porque no existe un ambiente de normalidad que permita actuar y defender proyectos en libertad y con naturalidad.
P. ¿No lamenta que su discurso quede eclipsado por Aznar y Jaime Mayor Oreja?
R. Qué duda cabe. El presidente de esta nación tiene más que decir que este modesto candidato a diputado. Sin perjuicio de ello, nosotros en Guipúzcoa estamos procurando airear nuestro mensaje, pero nos estamos encontrando con un problema: muchas veces nuestros actos se suspenden porque quienes nos van a recibir tienen miedo y no quieren involucrarse. Esta semana, sin ir más lejos, hemos cancelado un acto sectorial con comerciantes de Irún, y esto nos ocurre a menudo. He percibido miedo a reunirse con el PP.
P. Hoy se cumplen exactamente cuatro años de la primera victoria del Partido Popular en unas elecciones generales. Exponga un vaticinio sin triunfalismos.
R. Tengo la convicción de que vamos a subir porque hemos hecho una magnífica gestión. Esta legislatura no la hubiera imaginado nadie hace cuatro años. Ha sido posible reducir la deuda, bajar los impuestos e incrementar de las inversiones y el empleo al mismo tiempo. El Partido Popular ha creado 1.800.000 puestos de trabajo, mientras que Almunia prometió 800.000 y generó un millón de desempleados.
P. ¿De dónde pueden captar votos para lograr dos escaños, como pretenden?
R. En las autonómicas nos votaron 67.100 personas. Salvo que rectifique el PNV, habrá un aporte de gente de ese partido tras comprobar cómo se ha fracturado la sociedad y se divorcian sus líderes tras el pacto con HB.
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