Remedios Amaya pone en 'Gitana soy' su cante más festivo y personal Intervienen Paco de Lucía, Ketama y Moraíto
Dicen que en las tiendas de Sevilla las colas de gitanos comprando el disco nuevo de Remedios Amaya llegan hasta la calle. "Me lo ha dicho mi prima. Me lo ha jurado. Y me halaga mucho. Eso, y que me llamen La Camarona. Es muy fuerte". Pero así es. Sus padres la llaman La India; sus forofos, La Camarona. Y los dos apodos le cuadran a esta trianera de rajo y ojos espectaculares, a la que Camarón dijo una noche: "Remedios, has parao el mundo". Tras vender 150.000 copias de Me voy contigo, ahora vuelve con Gitana soy, donde a los tangos y bulerías añade un taranto excepcional.
Producido por Juan Carmona (Ketama) y Antonio Humanes (letrista y productor de Camarón); con letras y músicas de Sorderita, Juan Antonio Salazar, Paquete y Negri, Melchor y el propio Humanes, el nuevo disco de Remedios Amaya (María Dolores Amaya Vega en el DNI) cuenta con numerosas colaboraciones de lujo. Está Tino di Geraldo en la percusión; Carles Benavent al bajo, Antonio Carmona en el cajón... Y, en la guitarra, Moraíto Chico, Josemi y Juan Carmona, Paquete, El Viejín... y Paco de Lucía. "Cuando Paco me dijo que quería tocarme tres temas, se me saltaron las lágrimas", cuenta Amaya. "Era un sueño, porque me conoce desde chiquitita y siempre hemos tenido una relación muy buena. Al final sólo pudo hacer una bulería, pero es igual. Yo le doy las gracias las veces que haga falta, porque muero con él. Ha sido un privilegio grandioso, y eso que el tema lo grabamos separados, yo puse aquí la voz y él metió la guitarra en Cancún".
Se ve que Amaya está encantada con su disco. Más contenta incluso que con el anterior, que produjo y compuso Vicente Amigo. Y no parece que sea marketing, porque ella ha sido siempre una artista antimarketing. "Lo que pasa es que esta vez he mandado más, me he rodeado de músicos muy buenos y muy dulces y creo que ha quedado más flamenco y más personal que el otro. He cantado lo que he querido, sólo lo que me llegaba al corazón".
Olvidado ya aquel viejo barcazo de Eurovisión, y zanjada su etapa con la anterior casa de discos, que le obligó a entregarse a una especie de canción aflamencada absolutamente fuera de su estilo, Remedios Amaya aparece en Gitana soy en plena madurez, recuperando el tiempo perdido. Sobre todo hace tangos y bulerías, sus palos preferidos (y los más comerciales), aunque esta vez con el añadido extraordinario del taranto final, Caminito pa' la mina, donde demuestra que no todo es fiesta y estribillos fáciles. "Es muy importante que la casa de discos te deje en paz. Y desde el más grande al más pequeñito de Hispavox me han dado mucho cuartel, decían que lo que yo quisiera, que yo era la cantaora. Quise meter alguna letrita por soleá, pero no me gustó ninguna, así que hice la taranta, que me va bien".
Es el mismo cante que Remedios hizo aquella célebre noche en el Café del Burrero, Calle Arrieta de Madrid. Lo recuerda Juan Verdú, que estuvo allí, "con la orquesta sinfónica de guitarras: Paco de Lucía, Sabicas, y Juan y Pepe Habichuela. Cantaban Camarón y Remedios. Paco y Sabicas se templaron por tarantas, salió cantando Remedios y sentenció Camarón: 'Has parao el mundo'".
"El abrió las puertas para los que hemos venido después", dice ella. "Si estamos en el sitio que el flamenco merece, es gracias a él".Hay muchos síntomas en el aire que hablan de la creciente importancia del flamenco. Una señal más es el cuidado con que ha sido editado este disco, que como detalle simpático incluye en los créditos a Luquitas, el hijo de dos años de Remedios, que jalea a su madre en un tema diciéndole 'ole, mama'. "Es muy gracioso, el niño sabe lo que no está escrito. Yo creo que va a ser artista, se pasa el día cantándome El Zarandeo, y cuando acaba, si no le digo ole se cabrea".
