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La película ganadora de los César de este año se estrena hoy en España Tonie Marshall dirige 'Venus, salón de belleza'

El escaparate de un salón de belleza cercano a su casa fue la imagen que impulsó a la directora y actriz Tonie Marshall a escribir y dirigir Venus, salón de belleza, su cuarto largometraje. La película, que se estrena hoy en España, logró en la pasada edición de los Premios César (los oscars franceses) los galardones a la mejor película, mejor direccción, mejor guión y mejor actriz revelación. "En el salón de belleza es donde la gente se libra de sí misma", afirmó ayer en Madrid la directora.

"El escaparate está enmarcado con un fino neón rosa y azul pálido. Sobre las ramas de un bote de plástico, botes de crema rosa y geles de color verde... Tengo ganas de entrar en ese decorado, de abandonar mi cara en sus manos, estoy segura de que me hará sentir bien, me hará olvidar el invierno y el frío...". Así escribe la directora y actriz Tonie Marshall sobre la imagen que inspiró su película Venus, salón de belleza, en la que dice tratar sobre el amor, el tiempo, la belleza y la violencia. La película, interpretada por los actores Nathalie Baye, Bulle Ogier, Samuel Le Bihan, Jacques Bonnaffe, Mathilde Seigner y Audrey Tautou, reproduce, según su directora, "las conversaciones, las situaciones y las experiencias" que vivió visitando durante muchos días aquel centro de estética vecino a su casa. Según Marshall, "la intimidad" que se crea en un centro de este tipo es especialmente singular, y es un tópico la comparación de la situación con la consulta de un médico.

"El salón de belleza también es un pequeño confesonario", afirma Tonie Marshall. "Allí se desarrollan conversaciones bastante peculiares, porque una tiene que exhibirse en posiciones bastante incómodas para su ego. Se crea una relación física muy difícil de explicar, de absoluta frialdad y absoluta proximidad a la vez. Lo que se habla en una cabina de belleza es siempre de una extraña intimidad".

Venus es un pequeño salón de belleza de barrio, las batas son de color rosa (en el universo de un salón de belleza siempre prima el rosa) y las flores, de plástico. En él se venden cremas y geles, se carda el pelo, se toma el sol artificial, se hacen cuidados y se dan consejos. "Allí es posible encontrar un poco de esperanza", comenta Tonie Marshall, para quien los salones de belleza de su película -"los de barrio"- no son centros de narcisismo enloquecido o de culto a la juventud, sino lugares donde la gente, incluso la de más edad, logra una relación feliz con su cuerpo.

"El salón es un lugar donde uno se encuentra con una gran verdad: el tiempo pasa, no hay solución para la soledad de la muerte y del amor, pero existen pequeños milagros".

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