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Chila llega a Primera por megafonía

Calvario del Racing para localizar a un portero que fuera suplente ante el Oviedo

Alfonso Revuelta, de 21 años, se coronó el pasado domingo en Cantabria, "rey por un día". Veinticuatro horas después de la entrega de los Goya cinematográficos, el portero suplente del Racing B (equipo que milita en Tercera División), recibió el premio al mejor guión deportivo. Una escena digna de Almodóvar, protagonizada por este cántabro residente en Requejada (a unos 20 kilómetros de la capital), mientras contemplaba el calentamiento del primer equipo junto a dos compañeros en las gradas de El Sardinero."Alfonso Revuelta, acuda urgente a la zona de vestuarios", reclamó Verónica, la voz femenina que se escucha a través de la megafonía del estadio racinguista, sólo diez minutos antes de comenzar el encuentro ante el Oviedo. Era una llamada casi desesperada. El primer equipo se había quedado sin uno de sus porteros y necesitaba cubrir la vacante. El delegado del club, Luis Ángel Teja, contactó con el cabeza de familia, quien le respondió que su hijo, como suele hacer cada 15 días, después de comer se había marchado a ver el partido. A través de las ondas, las radios emitían distintas llamadas; los aficionados murmuraban en las gradas, se miraban unos a otros, mientras nadie daba razón del portero.

Y allí estaba Chila, como se le conoce, desde que siendo adolescente la portería de su equipo favorito, el Zaragoza, la defendía Chilavert. De repente, un sudor frío le entró por el cuerpo y el joven se puso en pie. "No estoy acostumbrado a que me llamen Alfonso, así que miré el móvil y no tenía batería; lo primero que temí es que algo malo podía haberles ocurrido a mis padres", señaló el portero que lleva dos temporadas en el Racing, tras formarse deportivamente en las secciones inferiores de la Gimnástica de Torrelavega y en el Reocín.

Momentos después, Chila comprobó que sólo había un cancerbero calentando. "Entonces me imaginé lo que ocurría y bajé de forma meteórica. Vi que la gripe había dejado fuera de combate a Lemmens y como Dani -portero titular del filial- había jugado el día anterior; sólo quedaba disponible yo. Sin pensar en nada, me vestí, cogí los guantes y corrí hasta el banquillo pues el encuentro estaba a punto de empezar. No me lo podía creer. ¡Qué gozada verme allí!", relató el jugador, que presentó el DNI para poder estar de suplente. Apenas nadie le había dado instrucciones; no había tiempo. Sólo una palmadita de Ceballos -que cumplía su partido 400 en Primera- sirvió para que Alfonso superara los nervios iniciales.

El resto de la jornada, Chila la vivió en una nube. Incluso vio cómo ganaba el equipo tres meses y medio después, con la prima que ello conlleva. "No cambio esta locura por dinero", señaló un portero que percibirá unas 390.000 pesetas -en el equipo filial cobra poco más de 70.000 pesetas al mes- al entrar en la convocatoria. Un bonito regalo para su madre, pues esta rocambolesca historia coincidió con su cumpleaños y una cena para los compañeros del Racing B serán las primeras deudas a saldar. "Lo doy por bueno pues estas cosas no le pasan a uno todos los días", comentó un futbolista que vio cumplido en parte el sueño que todo chaval de la cantera tiene, como es llegar a jugar algún día en el primer equipo. No obstante, tras convertirse en el centro de atención de todo El Sardinero, Chila retorna de forma humilde a la realidad y volverá a sentarse en los banquillos de Tercera División.

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