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El emporio anónimo: El libro 'Constructores ferroviarios valencianos' reconstruye la historia de Macosa y de sus fundadores, los Devis

Cristina Vázquez

"Una soleada mañana de verano de 1997 los trabajadores de GEC-Alsthom se concentraron ante la Generalitat contra un expediente de regulación de plantilla coreando una frase bien significativa: Queremos seguir haciendo trenes. Porque en aquella plaza no sólo se dio cita una legítima reivindicación sindical sino la memoria larga de un notable personaje histórico del tejido industrial valenciano, de una empresa pionera en la construcción ferroviaria". Con esta anécdota, Manuel del Álamo rescata del anonimato en su libro Constructores ferroviarios valencianos (Ed. 7 i mig) la historia de la familia Devis, fundadora a finales del siglo pasado de lo que después sería Macosa, uno de los mayores emporios ferroviarios españoles.El libro, además de "rendir homenaje a esta saga injustamente olvidada de constructores ferroviarios valencianos como fueron los Devis", apunta el autor, reconstruye, después de un laborioso proceso de investigación que ha durado casi cuatro años, la evolución de la empresa desde sus orígenes familiares hasta su integración, a finales de los ochenta, en la multinacional francesa Alsthom, constructora especializada en los equipos ferroviarios de alta velocidad.

La publicación se detiene, por último, en la actividad sindical durante épocas tan controvertida como la crisis de los años treinta, el franquismo o la transición democrática.

Uno de los aspectos destacados por Del Álamo, responsable de Prensa de CC OO del País Valenciano, es el origen humilde de la compañía, "un modesto taller de calderería" fundado en Valencia por Miguel Devis Pérez en 1891, que en la década de los treinta sería la segunda empresa española ferroviaria. "Sus comienzos atestiguan el origen familiar del tejido industrial valenciano, incluso la gran empresa", explica el autor.

Otro rasgo novedoso es la introducción del fordismo como sistema de producción, causante, por otro lado, de las primeras protestas obreras en la fábrica. La empresa funciona previo pedido y no con cargo a stocks, lo que configuró una firma dividida en departamentos estancos. Cuando la compañía apostó por especializarse en la producción ferroviaria, comenzó la crisis de los años treinta, un periodo complejo que se tornaría más difícil con el estallido de la guerra civil.

Durante el conflicto, el comité obrero de incautación, que se hizo cargo de la factoría, mantuvo la producción a pesar de las dificultades. "La debacle podía haber sido enorme, pero no se produjo", recuerda Del Álamo. En esta época, además de material ferroviario, la fábrica llegaría a producir más de 600 balas diarias destinadas al bando rojo.

Los Devis recuperan la propiedad en 1939, pero las cosas no marchan bien y en 1943 la compañía es absorbida por el grupo de empresas del Banco de Valencia y los Villalonga, que en 1947 la fusionan con otra empresa metalúrgica catalana dando lugar a Macosa. Fue la primera compañía valenciana en introducir la organización científica del trabajo y en contar con un convenio propio de empresa.

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Las conquistas sindicales, tímidas en el franquismo, se centran a partir de 1972 en lograr asambleas libres y en conseguir un sindicato más obrero. Los resultados, sin embargo, no son los deseados, en opinión del autor.

En la década de los ochenta, Macosa vive un momento de gloria con un crecimiento de la producción ferroviaria, destinada en su mayor parte a la exportación. En este contexto boyante, los grandes operadores ferroviarios europeos ponen sus ojos en la compañía valenciana. En 1989 los activos industriales ferroviarios y el personal de Macosa se integran en la nueva firma Meinfesa, comprada por la multinacional francobritánica GEC-Alsthom. Ahora, Macosa se llama Alsthom, después de que el gigante francés se quedase como único propietario.

El autor hace finalmente hincapié en el "vacío historiográfico" en torno a la historia de la industria ferroviaria. "En este sentido, nos sentiríamos satisfechos si el trabajo estimula el estudio de esta materia", acaba Del Álamo, que destaca la colaboración de Alsthom y la Federación Minerometalúrgica de CC OO, así como la contribución de ex trabajadores como Paco Signes.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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