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TRIBUNALESEL ANIMAL SE ESCAPÓ

El fiscal pide una multa a un guardia por los cuatro heridos al abatir un toro

El 6 de septiembre de 1997 cuatro hombres resultaron heridos de diversa consideración en una escena propia de una película de Luis García Berlanga. La Guardia Civil, cuando intentaba abatir a un toro escapado de las fiestas de Albalat dels Sorells (L'Horta), hirió a los vecinos de Foios que contemplaban, tan divertidos como despreocupados, la persecución. El fiscal pide una multa para el sargento que dirigió la operación.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Moncada acogió ayer, en sesiones de mañana y tarde, la vista en la que se enjuiciaron estos hechos. En ella, la acusación pública pidió una pena de 20 días de multa -a razón de mil pesetas diarias- para José María C. F., el sargento de la Guardia Civil que dirigió la accidentada operación de caza de la res. Los dos abogados que ejercen la acusación particular en representación de los heridos se adhirieron a la solicitud del fiscal, aunque añadieron otra no de menor calado: una indemnización total de 106 millones de pesetas por los perjuicios que sufrieron sus clientes.

Éstos padecieron heridas de muy diversa índole y cuya procedencia resulta, cuanto menos, controvertida: Vicente Lleonart, de 35 años el día de los hechos, fue herido en el tórax con pronóstico grave; Vicente Cabo y Joaquín Tamarit, de 21 y 18, sufrieron lesiones de pronóstico reservado y Antonio Martí, de 23, apenas permaneció unas horas bajo atención médica: fue alcanzado en los glúteos por un tiro de origen desconocido. De hecho, el casquillo de la bala que alcanzó a Cabo en la pierna fue el único encontrado en el lugar de los hechos, situado en el linde entre Foios y Albalat dels Sorells. Esta circunstancia impidió determinar si, agentes aparte, el cazador que se presentó en el lugar del suceso armado con un rifle de alta precisión llegó a efectuar algún disparo.

Tal vez por ello, el abogado del agente pidió su absolución. José María C. F., al mando del dispositivo, nunca disparó. Y sólo dio orden de abatir al animal (un morlaco de 572 kilogramos, que había tumbado a una mujer en su huida y derribado varias vallas antes de agazaparse en el campo de naranjos) después de conminar a los curiosos a despejar la zona.

Su petición no tuvo éxito, por lo que los disparos hechos consiguieron herir al toro al tiempo que también alcanzaban a cuatro de las decenas de curiosos -ayer, testigos- presentes en el polígono industrial de Foios. Un policía local de Albalat remató al animal.

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