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La oposición acusa al PP y a CiU de "cargarse" la Ley de Extranjería

El Gobierno defiende que es "más progresista" que la de 1985

Después de analizar los cambios que han pactado el PP y CiU sobre la reforma de la Ley de Extranjería, la oposición y las asociaciones que representan a los inmigrantes consideran que estos dos grupos se han "cargado", en palabras de IU, el texto que habían consensuado todos los grupos durante 18 meses. Pese a las críticas, el Gobierno presumía ayer de que la norma que ahora defiende junto a sus socios catalanes es "infinitamente más progresista" que la que hay ahora, aprobada en 1985 bajo un Gobierno de Felipe González.

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Tanto la oposición como las organizaciones que representan a inmigrantes reconocen que CiU ha conseguido reducir algo las aspiraciones del PP, que había presentado 112 enmiendas contra el texto aprobado en el Congreso. Sin embargo, entienden que CiU ha cedido ante la presión del PP y ha permitido que la ley sufra un "fortísimo giro a la derecha que se la ha cargado", en palabras de Felipe Alcaraz, portavoz de IU. Alcaraz está convencido de que CiU ha pactado con el PP sólo porque "le debía una investidura", en referencia al apoyo que los populares dieron a los nacionalistas catalanes en la investidura de Jordi Pujol como presidente de Cataluña.La socialista Matilde Fernández, ex ministra de Asuntos Sociales, acusó al PP de haber dado "una coz a la democracia" al no respetar el consenso alcanzado entre todos los grupos en la elaboración de la norma.

Los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, centraron ayer sus durísimas críticas en el partido que lidera Jordi Pujol. José Luis Sánchez, de CCOO, cree que esta formación ha "traicionado" a la sociedad porque tras participar en el "teatro" de las negociaciones y dar la sensación de que no estaba dispuesta a ceder ante el Gobierno, "se ha sumado a la fiesta del PP". "Me imagino que a cambio recibirá un buen salario", ironizó Sánchez. Almudena Fontecha, de UGT, también atacó a CiU, quien se ha convertido en el "bufón del PP", defraudando así las expectativas "que ellos mismos habían creado".

A pesar de las críticas, el líder de esta coalición, Jordi Pujol, reivindicó la validez de la reforma pactada con el PP porque "facilita la integración social de los inmigrantes, garantiza sus derechos cívicos y sociales, hace posible el reagrupamiento familiar y endurece las sanciones contra los traficantes de mujeres, mafias organizadas y transporte de inmigrantes sin papeles. Sin nosotros no hubiera sido posible esta ley", subrayó, informa Lluís Visa.

El partido del Gobierno también defiende que la ley, con las enmiendas que se han introducido, servirá para mejorar la situación de los inmigrantes. Javier Arenas, secretario general del PP, aseguró ayer que el acuerdo alcanzado entre su partido y CiU permitirá desarrollar una ley "infinitamente más progresista que la de 1985, que promovió entonces la mayoría parlamentaria socialista". Arenas defendió la legitimidad de ambos grupos, PP y CiU, para llegar a acuerdos en el Senado, y criticó a la oposición que, según él, "parece estar cuestionando las competencias del Parlamento".

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Sin complejos

Según Arenas, su partido defenderá "sin ningún tipo de complejo" la reforma de la ley con las enmiendas que ellos han presentado, porque considera que será "infinitamente más respetuosa con los derechos de los inmigrantes, infinitamente más integradora e infinitamente más eficaz en la regularización de la inmigración ilegal" que la actual legislación.

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel, uno de los mayores impulsores de la ley en su anterior redacción, defendió, sin embargo, que las enmiendas no han modificado "el espíritu" de la reforma. "La ley va a dar muchos derechos que hoy no tienen a las personas que vienen a trabajar con nosotros". Pimentel apostó por que otros grupos se sumen al PP y a CiU para apoyar la reforma.

El presidente del Congreso, Federico Trillo, del PP, ofreció una curiosa explicación sobre los motivos de esta polémica sobre la Ley de Extranjería. Para él, el "excesivo" tiempo que se ha empleado en elaborar la proposición -18 meses- pudo motivar su carácter "idealista". Trillo opinó que todos los grupos trabajaron "mucho y bien" en la redacción de una proposición que es, un su opinión, "quizá la más acabada, pero también la más idealista".

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