_
_
_
_
_

El Barça hace agua ante el colista

El equipo azulgrana, en una calamitosa actuación defensiva, fue sorprendido por el Sevilla y cayó tras haber dominado por 1-2

El Barça con menos personalidad de los últimos tiempos cayó con todas las de la ley en Sevilla, en el campo del colista, ante un equipo discutido hasta por su propia afición. Pero ganó el Sevilla, y lo hizo a base de aprovechar los despropósitos defensivos del Barça, de un equipo cuyo juego transmitió una sensación deprimente. En ningún momento, ni siquiera cuando fue por delante en el marcador, dio el Barça la sensación de ir a por el partido con decisión, con carácter.El Sevilla fue el reverso de la medalla. Buscó el triunfo hasta el último segundo. El equipo sevillista pasó momentos críticos, en los que estuvo muy tocado, cuando el Barça remontó el primer gol de Juan Carlos. Pero no se enfrentó a un Barça apabullante, sino faltó de ideas y a expensas de Guardiola, que pasó totalmente inadvertido. El conjunto andaluz le perdió el respeto, le ganó el centro del campo y supo aprovechar la debilidad de la defensa del Barcelona.

SEVILLA 3

BARCELONA 2Sevilla: Rabaida; Tabaré, Hibic, Marchena; Paco Mije (Héctor, m. 87), Tsartas, Francisco, Nando (Jesuli, m. 75); Loren (Víctor, m. 67), Juan Carlos y Otero. Barcelona: Arnau; Reiziger, Déhu, Frank de Boer, Zenden (Sergi, m. 45); Luis Enrique (Xavi, m. 75), Guardiola, Cocu; Figo, Dani y Rivaldo. Goles: 1-0. M. 11. Juan Carlos recibe un pase de Tsartas, le gana la espalda a Déhu y, sólo ante Arnau, golpea raso. 1-1. M. 29. Dani empuja un balón que Rivaldo pica de cabeza ante la impetuosa salida de Rabaida. 1-2. M. 59. Luis Enrique bate a Rabaida por alto tras una pared con Rivaldo. 2-2. M. 79. Juan Carlos recibe un pase en largo de Otero y cruza un balón raso ante la salida de Arnau. 3-2. M. 88. Víctor bate de tiro cruzado a Arnau tras un espléndido pase de Tsartas. Árbitro: Megía Dávila. Amonestó a Paco Mije, Francisco, Zenden, Guardiola, y expulsó a Marcos Alonso, técnico del Sevilla, por protestar reiteradamente (m. 89).

Más información
Tres puntos de 18 posibles
Van Gaal: "No es sólo un problema defensivo"

Salió el Sevilla como esos boxeadores que se saben inferiores a su rival pero que apuestan por colocar algún golpe que al contrario, todavía frío, le coja por sorpresa y lo tire a la lona. No había pasado ni un minuto cuando Juan Carlos dio el primer susto al irse de Frank de Boer con demasiada comodidad y marcar, aunque el gol fue anulado por fuera de juego.

El Sevilla tenía varias ideas claras: Guardiola no puede tocar balón, y Loren se encargó de asediarlo sin descanso; a Rivaldo hay que pararlo como sea, y el brasileño sufrió las entradas de los sevillistas, que no dudaron en hacerle falta incluso en el centro del campo. Luis Enrique y Cocu se mostraron insolventes para llevar al balón hasta la portería contraria. Y Zenden, que estuvo oyendo durante toda la primera parte las órdenes de Van Gaal, pagó su inactividad con el banquillo en la segunda parte. Su sustituto, Sergi, dio alas a un equipo atenazado. Sólo Figo causaba verdadero peligro por la banda derecha. Nando no pudo nunca con él.

Mientras, la defensa del Barcelona careció de confianza y seguridad. Un regalo para los jugadores del Sevilla, que veían en sus ataques cómo Frank de Boer y Déhu conformaban una zaga demasiado frágil para detener a un Sevilla envalentonado por la autoridad que da ver que las jugadas salen bien. Esta deficiencia pareció que marcaron a Arnau, que sucumbió a un estado de nerviosismo que le pudo costar caro al Barça.

Tsartas aprovechó su posición más retrasada para mover el balón y dirigir el juego del Sevilla; prácticamente se movió sin que nadie lo marcase. Le bastó un solo pase para que Juan Carlos, que le ganó la espalda a Déhu, adelantase al Sevilla. Fue una prueba más de la inconsistencia de la defensa del Barcelona.

Marcos Alonso decidió dejar en la caseta a Valencia y optó por sacar al segundo portero, Rabaida. Éste siempre ha demostrado que domina mejor el juego aéreo. Un estúpido fallo en una salida supuso el gol de Dani -que confirma su calidad: en todos los partidos que ha jugado ha marcado-. Precisamente, el punto fuerte del portero significó el empate.

Se esperaba la reacción del Barça, que la máquina azulgrana comenzara a funcionar y apabullara al último clasificado de la Liga. Pero no fue así. En la segunda parte el Sevilla perdió algo de ímpetu, y eso que Otero tuvo una oportunidad de oro nada más comenzar, que desperdició por su lentitud. Esta falta de actitud ofensiva permitió al Barça dominar la posesión del balón y atosigar con más presión la portería de Rabaida.

Eso sí, Guardiola siguió sin tocar la pelota y todas las punzadas del conjunto catalán fueron a través de Figo. Al final, la conexión entre Rivaldo y Luis Enrique dio lugar al segundo gol. Ya era suficiente. Van Gaal decidió sorprendentemente relevar a Luis Enrique por Xavi, aguantar el resultado y esperar a que alguna de sus estrellas aumentara la diferencia, pero sin riesgos.

El Sevilla lo intentó entonces al contraataque. Balones largos, pases medidos, cualquier cosa para sacar los colores al Barcelona, y lo consiguió. Primero, Juan Carlos, luego Víctor. Y así dejó al desnudo al Barça, que dejó el Sánchez Pizjuán con algo más que una derrota, con una insuperable sensación de abandono.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_