El Parlamento y el Consejo de la UE se enfrentan por el Presupuesto

El Consejo de Ministros de la UE y el Parlamento Europeo siguen a la greña por el presupuesto comunitario del año 2000. Las dos instituciones finalizaron sin acuerdo las negociaciones del pasado jueves, que acabaron en la madrugada del viernes. Ni Consejo ni Parlamento renuncian a una victoria que consideran una cuestión de principios. La cámara, porque quiere romper al alza, aunque sea por una cantidad miserable, el acuerdo financiero de la cumbre de Berlín para el septenio 2000-2006. El consejo, porque está empeñado en demostrar que aquel acuerdo fue suficiente.Y en medio, rehén de esta bata...

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El Consejo de Ministros de la UE y el Parlamento Europeo siguen a la greña por el presupuesto comunitario del año 2000. Las dos instituciones finalizaron sin acuerdo las negociaciones del pasado jueves, que acabaron en la madrugada del viernes. Ni Consejo ni Parlamento renuncian a una victoria que consideran una cuestión de principios. La cámara, porque quiere romper al alza, aunque sea por una cantidad miserable, el acuerdo financiero de la cumbre de Berlín para el septenio 2000-2006. El consejo, porque está empeñado en demostrar que aquel acuerdo fue suficiente.Y en medio, rehén de esta batalla de orgullos, Kosovo. El Parlamento justifica su exigencia de romper el acuerdo de Berlín en que quiere asignar a la reconstrucción de Kosovo 500 millones de euros (83.193 millones de pesetas) más de lo previsto en el proyecto de presupuesto. Y amenaza con hacer todo lo contrario, recortar las ayudas a Kosovo, para forzar al Consejo a aumentar el Presupuesto. La Eurocámara parece haber renunciado a pedir otros 50 millones de euros (8.319 millones de pesetas) para Turquía, 30 (4.991 millones de pesetas) para Timor Oriental. Pero según España, ha garantizado que habrá 125 millones de euros (20.798 millones de pesetas) si hay acuerdo de pesca con Marruecos.

La escaramuza ha levantado ampollas entre los negociadores españoles, que han empezado a ver fantasmas políticos."Aún queda algún adicto con viejas heridas de las derrotas de Berlín", señalaron fuentes españolas en alusión a quienes han criticado dicho acuerdo por considerar que no garantiza una financiación suficiente para el proyecto comunitario. Otras fuentes, también españolas, atribuyeron al eurodiputado socialista Joan Colom "el deseo de vengarse por el éxito de Aznar en Berlín".

Lejos de estas posiciones extremistas, Colom destacó ayer por la mesura de sus declaraciones y por sus elogios a los negociadores españoles, y muy en particular el embajador Javier Elorza, "el único que de verdad intentó llegar a un acuerdo con el Parlamento".

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