_
_
_
_
_

El profesor Pérez Lozano resalta el vínculo decisivo del joven Velázquez con poetas y eruditos de Sevilla

Diego Velázquez (Sevilla, 1599- Madrid, 1660) fue un artista que frecuentó en su juventud a poetas y eruditos en su Sevilla natal. La riqueza y complejidad de su obra tienen en este vínculo una de su claves decisivas. El profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba Manuel Pérez Lozano expuso ayer una comunicación sobre esta relación del pintor con algunos escritores en el Symposium Internacional Velázquez, que se clausura hoy en el Monasterio de la Cartuja de Sevilla.Pérez Lozano trazó en su comunicación -denominada La estética conceptista del joven Velázquez- una detallada relación sobre los vínculos del pintor sevillano con algunos poetas y eruditos de su ciudad.

Los testimonios dejados por Francisco Pacheco, Juan de Alfaro o Palomino dan cuenta de un joven Velázquez que se relacionaba con escritores en Sevilla. Poetas y eruditos, como Juan de Fonseca o Francisco de Rioja, apoyaron a Velázquez ante el rey. Varias de las obras juveniles de Velázquez retratan a poetas andaluces. El propio Pacheco, su maestro y suegro, fue un poeta educado en la escuela conceptista de Fernando de Herrera (Sevilla, 1534-Sevilla, 1597).

Herrera, conocido como El Divino, promovió una teoría poética de fuerte carácter visual. El concepto debía entrar por los ojos, único sentido que podía captar la belleza. Herrera y sus seguidores consideraban la poesía y la pintura como una misma cosa. En su opinión, la pintura debía ser, fundamentalmente, pintura de conceptos.

Estas ideas calaron de forma muy honda en el joven Velázquez. "Velázquez fue influido por Pacheco en ese ambiente sevillano de erudición donde se pintaba la literatura o se literaturizaba la pintura", explicó el profesor Pérez Lozano. "Pintar historias era pintar algo que había sucedido y que tenía cierta moraleja", añadió el profesor.

Pérez Lozano recalcó que "Velázquez necesitaba de Pacheco para recibir clientes entre los círculos más restringidos y eruditos de Sevilla". El pintor andaluz intentó, así, satisfacer los gustos de su clientela sevillana enarbolando el pabellón de las ideas de Herrera. "Los posibles clientes de Velázquez eran todos hombres de probada erudición", indicó el profesor de la Universidad de Córdoba.

Pérez Lozano glosó algunos de los cuadros donde se ve esa voluntad de Velázquez de transmitir un mensaje con su pintura, de "otorgar al significado un sentido moral". El profesor hizo hincapié en los cuadros que él denomina "bodegones del vino". Pérez Lozano destacó los hilos de unión de "los pícaros de cocina" que figuran en estos cuadros con los personajes de novelas como Guzmán de Alfarache, obra de Mateo Alemán (Sevilla, 1547-México, hacia 1615) y cumbre de la literatura picaresca y moralizante.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_