La extradición del jefe de la DINA

La Corte Suprema chilena ha anunciado que la próxima semana decidirá si acoge o no la petición italiana de extradición de Manuel Contreras, ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de la dictadura de Pinochet, la próxima semana. El viernes, en otra resolución que fue oscurecida por la noticia del caso Pinochet, la Segunda Sala del Tribunal Superior resolvió por unanimidad aprobar una solicitud del magistrado Juan Guzmán, quien investiga las 46 querellas presentadas en Chile contra el dictador, para pedir a EE UU la extradición del mayor Armando Fernández Larios, ex agente de la DINA. Fernández está procesado por su participación en la llamada caravana de la muerte, que poco después del golpe de Estado de 1973 ejecutó a 72 presos izquierdistas.Pero la importancia de ambas solicitudes es diferente. Fernández desertó del Ejército en 1987 para colaborar en la investigación por el crimen en Washington, en 1976, del ex ministro Orlando Letelier y su colaboradora Ronnie Moffit, y aunque está comprometido en varios casos de atropellos, no pasó de ser un agente de la DINA. En cambio, Manuel Contreras, quien estará en prisión hasta enero del 2001, cumpliendo una condena de siete años como autor del asesinato de Letelier, no sólo fue el jefe de la DINA, sino que al salir de este organismo se llevó consigo la información sobre las violaciones de los derechos humanos, y es el símbolo de la represión en Chile. La justicia italiana pide su extradición como autor del intento de asesinato del ex vicepresidente chileno Bernardo Leighton y su esposa, Anita Fresno, cometido en Roma en 1995 por un comando de la ultraderecha italiana contratado por la DINA. Contreras fue condenado en rebeldía a 20 años de cárcel por este delito en Italia hace tres años. Contreras ya logró en plena dictadura evitar ser extraditado a EE UU por el crimen de Letelier. Con Pinochet detenido en Londres, no es fácil que el Ejército acepte la extradición de un general, aunque esté retirado y en prisión, a las cárceles de otro país. Además no existe tratado de extradición entre Chile e Italia.