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Nadie asume la responsabilidad de los errores en el Palacio de los Deportes

Los concejales del PP niegan que se haya manipulado el expediente

Según la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, los dos técnicos que se ocuparon de la dirección facultativa de la obra del Palacio de los Deportes trabajaban para la Fundación Deportiva Municipal, que depende de la concejalía de Deportes. Según esta última, se trataba de técnicos de la Gerencia de Urbanismo, y no suyos.Como resultado de este cruce de responsabilidades, ninguno de los dos concejales implicados, Francisco de la Torre, de Urbanismo, y Javier Berlanga, de Deportes, está en condiciones de confirmar o rebatir los datos que la oposición desveló ayer, según los cuales el Ayuntamiento recibió informes sobre los problemas constructivos del palacio tres meses antes de su inauguración.

Ninguno de los dos concejales había visto los informes de Cemosa (la empresa de control de calidad que supervisaba las obras, que advirtió reiteradamente de la presencia de grietas y del uso de materiales inadecuados), ni tenía conocimiento de lo que en ellos se decía. De la Torre y Berlanga coincidieron en afirmar que eran los técnicos los que habían tomado la decisión de abrir (y cerrar) el pabellón. También estuvieron de acuerdo en achacar toda la responsabilidad a Ferrovial.

PASA A LA PÁGINA 4

Urbanismo insiste en que el palacio se cerró ante la primera evidencia de riesgo

VIENE DE LA PÁGINA 1 Francisco de la Torre opinó que "es prematuro e imprudente sacar conclusiones sobre una cuestión tan compleja sin disponer de los informes de los expertos de Intemac y el Instituto Torroja". Se calculaba que estos informes estarían listos el viernes pasado, pero se han retrasado, según explicó la alcaldesa, porque los técnicos independientes han dedicado más tiempo a evaluar las posibles soluciones que a investigar las causas del problema.

El concejal de Urbanismo descartó que existiese "una relación directa causa-efecto entre las deficiencias que notificó Cemosa y la necesidad de cerrar el palacio, sólo 18 días después de su apertura. "De cualquier fisura no hay que deducir necesariamente que el edificio esté en ruinas", apostilló, y recordó que los técnicos habían dado un informe favorable a la apertura del pabellón. "Se cerró cuando hubo evidencia de riesgo".

En cuanto a los vacíos documentales que PSOE e IU denunciaron el viernes, De la Torre se mostró convencido de que tienen una explicación correcta. "Si después del 22 de julio no hay más actas", dijo, "será porque no se produjeron más novedades, porque se resolvieron los problemas que antes se habían notificado, y ya no hubo necesidad de añadir más datos".

El concejal de Urbanismo rechazó tajantemente la posibilidad de que se hubiese manipulado la documentación, como había apuntado la oposición. El hecho de que el expediente no estaba foliado, que para PSOE e IU apuntaba a la posibilidad de introducir y retirar documentos comprometedores, no le parece significativo. "Los expedientes sólo deben foliarse cuando se llevan a los juzgados. Quizás en este caso hubiese sido conveniente hacerlo, pero desde luego no era obligatorio", concluyó.

Documentos completos

Javier Berlanga también negó que faltasen documentos. "Desde la Fundación Deportiva los hemos pedido a las instancias correspondientes, y ahí están todos, sin que hayamos tocado nada", aseguró. Explicó que las páginas no estaban numeradas porque "esto no es un expediente admnistrativo, sino una serie de comunicaciones técnicas, que no tienen por qué foliarse en este momento".

Otras fuentes municipales dieron respuesta a una de las acusaciones más graves de IU y PSOE, la que se refería al uso de escombros y restos vegetales para los rellenos; materiales que según la empresa de control de calidad no eran admisibles. Estas fuentes afirmaron que el informe de Cemosa en que se daba cuenta de la deficiencia de los rellenos se había interpretado mal, porque no se refería a los materiales necesarios para compactar el suelo -limoso e inestable, situado en la desembocadura del río Guadalhorce-, sino a otros rellenos que debían colocarse por encima de la cota natural del suelo (es decir, de su superficie) para nivelar los accesos exteriores al pabellón.

En este caso, según las fuentes citadas, no era preciso emplear un material de calidad superior -como la zahorra, o grava fuerte, que se recogía en el proyecto de Ferrovial-, porque se trataba de zonas que iban a ajardinarse, con lo que no soportarían peso ni influirían en modo alguno sobre la estabilidad del edificio.

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